Leo infinitamente
una a una tus
palabras
y mi ser se hace grande.
Entre el beso soñado
en el tiempo y el
abrazo
que renace al
soñarte.
Un te amo esperando
en el silencio y una
risa
que acompaña a tu
sonrisa.
La mirada febril
de esa ilusión
que miedo da.
Y el llanto guardado
que permanecerá
en el corazón.
Donde hay amor
las locuras sobran
y
falta razón.
MGabriel Portilla
México