Esto es aplicable a la conciencia en general. Mas cuando hablamos de la "conciencia social" nos referimos a aquélla que se manifiesta en relación con nuestro entorno social y se traduce en "empatía" hacia los problemas, dificultades y necesidades de las personas que nos rodean o de los colectivos sociales afectados por esas situaciones problemáticas.
Esta empatía podría quedarse en un simple sentimiento pero nuestra conciencia no nos dejaría en paz, nos impulsaría a hacer algo más: implicarnos, arrimar el hombro, comprometernos bien a través de acciones puntuales o bien mediante un compromiso regular y continuado hasta que las justas aspiraciones de las personas y/o colectivos que sufren alcancen la solución digna a sus situaciones.
Tener conciencia social, por lo tanto, va mucho más allá de esas expresiones ("pobre gente, ¡qué pena!, ¡qué mala suerte!, vaya desgracia más grande, ¡qué injusta que es la vida a veces!, ¿qué culpa tendrán ellos?,...") que solemos pronunciar cuando vemos una catástrofe bien natural o provocada por el ser humano que afecta negativamente a esas personas.
La conciencia social nos lleva necesariamente -si queremos ser coherentes- en primer lugar a informarnos bien de lo que ha sucedido para saber después qué y cómo podemos hacer. Nos lleva a contactar con quien ya está en el tajo y unir nuestros esfuerzos a los suyos, ver la manera de coordinarnos de manera que la ayuda sea eficiente y cumpla mejor sus objetivos. Nos puede llevar a dar nuestro tiempo, compartir nuestros bienes materiales, impulsarnos a formarnos para poder responder mejor a las necesidades que hemos detectado,...
La conciencia social es también la base fundamental para el compromiso sociopolítico y eclesial. Sabemos que las estructuras sólo pueden ser transformadas desde dentro, por lo tanto si queremos que un país, un ayuntamiento, una asociación de vecinos, una parroquia, un movimiento cristiano,... sean más auténticos y sirvan mejor a la sociedad no servirá de mucho "decirles lo que tienen que hacer desde fuera", será más eficaz que hagamos propuestas serias desde dentro pues desde las gradas todo el mundo es un excelente jugador pero la pelota se mueve dentro de la cancha y hay que estar ahí para que llegue a dar donde puntúa.
No hay que desdeñar la denuncia de la injusticia, de los atentados contra la dignidad humana los sufra quien los sufra (a veces cuando alguien que nos cae mal o es antagonista políticamente hablando, si sufre un daño algunos suelen decir: "¡Que se joda!, ¡le está bien empleado!, ¡así les tendría que pasar a todos los que son de su cuerda!..." y nos olvidamos de que ese alguien es un ser humano así como nosotros y por lo tanto, es tan digno de nuestra empatía como lo pueda ser el más allegado a nosotros). Y no callar ni omitir lo que podríamos decir sólo para evitarnos problemas de quien no quiera leer ni escuchar nuestra critica.
Tener "conciencia social" es entender que formamos parte de un cuerpo mucho mayor que el que somos individualmente, que somos corresponsables de su ética, de su rectitud, del BIEN que conviene vivir para que todos podamos vivir con gozo, alegría, felicidad, podamos tener buenos recuerdos y dejar a nuestros hijos un mundo más digno y un ejemplo también que seguir... pues ellos no van a hacer lo que nos oigan decir sino lo que vean en nuestros hechos y actitudes.
Santi Catalán
- ¿Qué es para ti la conciencia?. ¿qué grado de importancia le das en tu vida y por qué?.
- ¿Piensas que en nuestro mundo hay mucha, poca o ninguna conciencia social?. razona tu respuesta.
- ¿Cómo podríamos crecer en "conciencia social"?.
- ¿A qué puedes comprometerte hoy o desde hoy para llegar a una mayor conciencia social y así colaborar en la creación de un mundo mejor para todos?.
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