mazo y fuego,
los días y las noches
han dejado su eterno cansancio
en el viajero del tiempo
que es nuestro legado.
Representación
de nuestra fundación
detrás de los tules,
mirando al cielo,
aún esperando ver las estrellas
y las constelaciones
que marcan otra era.
Imponente guerrero de la tierra,
sin armadura,
él era de hierro y hoy
espera a través del tiempo
para seguir vivo
en los vestigios de su imperio.
Su mirada
marca su espacio en silencio,
recorriendo el mundo
sin saber que es eterno,
entre los ritos
de mejorar nuestras raíces.
Hoy seguimos aprendiendo
de aquél que llegó a esta ciudad
quien dio nombre
y hoy sigue siendo sabiduría
entre los escombros
de su andar por la eternidad.
Mirada que marca nuestro pasado
y el futuro que vio
al transitar por el inframundo
y renacer en solsticios de lunas.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
Tulancingo Hidalgo, México