lunes, 8 de noviembre de 2021

Educando en la vivencia del año litúrgico

El año litúrgico y sus tiempos (Adviento, Navidad, Tiempo Ordinario, Cuaresma y Pascua) son un medio, una valiosa herramienta, que año tras año tenemos las familias para EDUCAR a nuestros hijos en la fe.

Por una parte nos centra en la persona de Jesús de Nazaret en quien queda encarnada la promesa de Salvación que Dios nos dio a través de los profetas: todos los tiempos litúrgicos se enfocan en Él y su mensaje.

Por otra nos muestra las formas en que la Comunidad cristiana hace presente la experiencia del Maestro y su mensaje expresado en los Evangelios desde un tiempo antes de su nacimiento hasta su resurrección, ascensión a los Cielos y envío del Espíritu santo.

Con lo cual obtenemos una síntesis clara y pedagógica de quien es y ha de ser el Camino, Verdad y Vida de todo cristiano.

Ésa es la razón por la cual es importante que participemos de la vida litúrgica de la Iglesia en lo que nos sea posible, bien a través de la Comunidad Cristiana de Base, de la Parroquia de nuestro barrio, del movimiento cristiano, comunidad religiosa,... o simplemente siguiendo la Liturgia de la palabra de cada domingo a lo largo de todo el año.

A no pocos niños y niñas les resultan extraños los lenguajes que se emplean en las celebraciones litúrgicas, así como los ropajes que utilizan los sacerdotes en las mismas y los signos o simbología que se emplean en los diferentes actos. Razón por la cual los padres y madres tenemos aquí un papel esencial: nosotros somos los principales y primeros catequistas de nuestros hijos y si un día “nos comprometimos a educar a nuestros hijos en la fe” formal o informalmente… tenemos en esto la oportunidad de ejercer dicho compromiso y hacerlo dignamente.

Y ¿qué pasa si nosotros mismos no sabemos?. Bueno… pues “el que busca halla, a quien llama se le abre, quien pregunta encuentra”,… busquemos nuestra propia formación primero o busquemos sencillamente juntos, padres e hijos, las respuestas a nuestras propias preguntas, crezcamos juntos.

Valoremos nuestros medios, valoremos quienes somos, nuestras actitudes positivas, nuestras aptitudes, destrezas, habilidades, potencialidades y fortalezas... y construyamos desde ello.

Hay movimientos cristianos como el método que usa la Acción Católica del VER-JUZGAR-ACTUAR que parte siempre de la realidad (el VER), sea cual sea, positiva o negativa pero reconociéndola tal cual es (hay quien por desconocimiento dicen que "parte de los problemas únicamente" pero quienes esto afirman se han quedado sólo en la 1ª parte ("Crítica evangélica de la sociedad") cuando el plan completo hay cinco partes; en la 2ª se hace hincapié en la "experiencia de la belleza del Plan de Dios"; en la 3ª se centra la atención en los "caminos que Dios nos muestra para colaborar en su Plan de Salvación", en la 4ª  "La espiritualidad y estilo de vida militante" y la 5ª: "Vida comunitaria y sacramental". Por lo tanto ese Plan Básico de Formación Cristiana abarca mucho más que ese primer peldaño y muestra una visión de la realidad mucho más completa y en ella la diversidad es tan amplia como la vida misma.

En esa realidad familiar están: Nuestros deseos de vivir nuestra identidad cristiana, las dificultades pero también las oportunidades de vivir de acuerdo al Mensaje del Maestro de Nazaret; están nuestras incoherencias y errores pero también nuestras fidelidades y aciertos, nuestras debilidades pero también nuestras fortalezas,... a ejemplo de lo que dice el texto de Mt.15,32-39 (en ese texto se habla de una dificultad: la de dar de comer a un montón de gente, pero también de una fortaleza: unos pocos panes y peces junto con la capacidad de compartir,... además de Alguien capaz de transformarlo todo y es a fin de cuentas la única capaz de cambiarlo todo; se habla de tres realidades, no sólo de una de ellas.

Asumiendo la realidad completa de nuestra familia tal cual es en todas sus dimensiones y particularidades, aceptándolas tal como son,... pongamos en nuestro centro de atención a Jesucristo pues en esa confianza plena en Él se hará posible que nuestras dificultades y fortalezas se puedan transformar todas en una gran realidad nueva.

Vivir pues el año litúrgico en familia podrá ser para todos una gran ayuda en este proceso educativo en la fe.

Santi Catalán

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿Qué es para ti "educar en la fe"?. ¿Qué sabías hasta ahora sobre el "año litúrgico"?. ¿Qué piensas de lo que esta entrada nos presenta?.
  • ¿Cuál es nuestra realidad completa?. ¿Cuáles son nuestras debilidades y dificultades,... pero también nuestras potencialidades y fortalezas?.
  • ¿Quién es Jesucristo para ti?. ¿En qué puede ayudarte el "año litúrgico" para acercarte a Él, conocerle mejor y vivir la fe de acuerdo a su Mensaje?.
  • ¿Cómo vas a a hacer para llevar a cabo tus propósitos?. ¿Qué ayudas crees que vas a necesitar para ello?, ¿qué puedes poner de tu parte?.

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