Érase una vez, una
comunidad en lo alto de un monte. Aquel año, la cosecha de café fue excelente y
cada familia logró recoger una buena cantidad.
Cuando llegó el tiempo de llevarlo a vender, cada uno de los cincuenta vecinos de la comunidad, salió por su cuenta a venderlo.
Consiguieron un buen precio en el mercado. Cada uno guardó su plata lo más escondida que pudo, y después de hacer unas compras, regresaron a sus casas.
Cuando llegó el tiempo de llevarlo a vender, cada uno de los cincuenta vecinos de la comunidad, salió por su cuenta a venderlo.
Consiguieron un buen precio en el mercado. Cada uno guardó su plata lo más escondida que pudo, y después de hacer unas compras, regresaron a sus casas.
En el camino, detrás de
unos palos, estaban escondidos tres ladrones, que iban robando uno a uno a
todos los campesinos que regresaban.
Al llegar a su comunidad, el hombre más viejo de aquella comunidad, que estaba sentado a la puerta de su casa les preguntó:
-- "¿Qué les pasa, compañeros? Esta mañana cuando salieron a vender el café, iban con la cara sonriente, y ahora, regresan tristes y apaleados".
Uno de los campesinos le respondió;
-- "Todo marchaba bien. Conseguimos una buena ganancia por el café, pero al regreso, tres ladrones nos han robado todo lo que cargábamos".
Al llegar a su comunidad, el hombre más viejo de aquella comunidad, que estaba sentado a la puerta de su casa les preguntó:
-- "¿Qué les pasa, compañeros? Esta mañana cuando salieron a vender el café, iban con la cara sonriente, y ahora, regresan tristes y apaleados".
Uno de los campesinos le respondió;
-- "Todo marchaba bien. Conseguimos una buena ganancia por el café, pero al regreso, tres ladrones nos han robado todo lo que cargábamos".
Y el viejo, con voz
brava, les dijo:
-- "¡Pero cómo es posible, si ustedes eran cincuenta y ellos eran tres!".
Y le dijeron;
-- "Muy sencillo; hermano. Ellos eran tres, pero estaban unidos; nosotros, sin embargo, somos cincuenta, pero estamos desunidos".
-- "¡Pero cómo es posible, si ustedes eran cincuenta y ellos eran tres!".
Y le dijeron;
-- "Muy sencillo; hermano. Ellos eran tres, pero estaban unidos; nosotros, sin embargo, somos cincuenta, pero estamos desunidos".
Y aquel año, en aquella
comunidad, se siguió pasando necesidad.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
Traduzcamos estos personajes y la historia a nuestro hoy y aquí:- ¿A quién pueden estar representando los 50 campesinos?, ¿y la cosecha?, ¿y los tres ladrones?, ¿y el más viejo de la comunidad?. ¿Qué puede simbolizar esta historia?.
- ¿Qué has ganado y qué has perdido cuando has buscado sólo tu interés sin pensar al mismo tiempo en el bien ajeno?. ¿Cuándo te has sentido mejor: unida a los demás o yendo sólo a lo tuyo?.
- ¿Qué es necesario para que en un grupo pueda haber más unidad o para que ese valor pueda darse con naturalidad?. ¿Ves esa unidad ahora mismo en el grupo?, ¿en qué sí y en qué no?.
- ¿Qué te propones hacer hoy, en concreto, para ayudar al grupo a estar más unido y a sentirte tú misma más unida a él?, ¿cómo lo vas a hacer?.