No es
simplemente un momento del año litúrgico.
¡¡¡Es un tiempo de esperanza!!!.
“¡Estar
despiertos y vigilantes!”.
No es una amenaza. Es una Exhortación.
No es una amenaza. Es una Exhortación.
Es una
actitud que abarca e ilumina toda la vida del cristiano. Es un mirar a Jesús
que vino en la historia para enseñarnos a vivir humana y divinamente. Que viene en cada pobre y
necesitado y vendrá al final de los tiempos como Él nos prometió.
Cada uno
sabe cuáles son sus “excesos”. Ya es
hora de despertarnos de nuestra apatía, nuestra
indolencia, y es preciso luchar con más decisión y arranquemos de raíz todo
aquello que puede desagradar al Señor que viene.
Año tras
año, al llegar el Adviento, oímos que es un tiempo de cambio y
preparación.
Pero, ¿cambia “algo” en nuestra vida?.
Este es el desafío de quienes “pretendemos” preparar el camino del Señor: Cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad. Esta actitud se llama, en el lenguaje religioso: conversión.
Pero, ¿cambia “algo” en nuestra vida?.
Este es el desafío de quienes “pretendemos” preparar el camino del Señor: Cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad. Esta actitud se llama, en el lenguaje religioso: conversión.
El sendero
del cristiano será imitar a Jesús viendo todo lo que podemos hacer para que los
desalentados y oprimidos reciban una
nueva esperanza – comenzando por
nosotros mismos –.
Lejos de
ceder a la tristeza y al pesimismo, alégrate siempre en el Señor, porque Jesús
viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Algunas
veces pareciera que, tanto escuchar y repetir que Jesús es Dios hecho hombre, nos
hemos acostumbrado a las palabras y no le tomamos el peso de lo que ellas
significan.
Preparemos todo nuestro ser para celebrar este GRAN
MISTERIO: Dios que
se hace hombre semejante a nosotros, menos en el pecado.
Es una
excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos,
activos ... con las
manos en la tarea de amasar un mundo mejor y con el corazón ocupado en amar a todos, especialmente a los más
necesitados.
Dile SI al
Señor que ya llega para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría
de la Navidad.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué insistencias descubres en este texto que hemos de vivir los cristianos durante el tiempo del Adviento?.
- ¿Cuáles son tus excesos, todo aquello que no te hace feliz e incluso desagrada a Dios en sí mismo pero también al Dios que es y habita en cada una de las personas?.
- ¿Qué puedes hacer y cómo en este Adviento para sacar de ti todo lo negativa y te reconstruyas de una manera digna de ti?.
- ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para llevar a la práctica algo de ese plan que te propones realizar?.