Y de pronto llegaste
en el recuerdo
de esa noche en que
miramos juntos las estrellas.
se encontraron,
¿sabes?, creo que hacía tanto
que mi alma te esperaba.
De vez en cuando te llamo
en mis noches de melancolía
y hasta hoy como una letanía
no ceso de decir te amo.
Desnudaste mi alma
y mi piel se vistió de ti,
vida nueva y de amaneceres
que cubrían nuestras ganas.
Apenas al tacto de tus labios
mi corazón murió de pasión
y tu abrazo me lleno de alegría.
Nuestras manos se enlazaron
y nuevamente el cielo testigo fue
de que tuya fui y la luna
nos impregnó de miel.
A media luz te esperaré
cada que mi recuerdo sea
un nuevo amanecer lleno de ti,
mi alma camina y jamás te dejará ir.
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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