Caminé por aquella cortina de humo,
sin rumbo,
parecía no saber donde ir.
y tú llegaste a mí sin espera,
sabías de mí pero yo de ti no.
En medio de risas fallidas
niño soñando lo inalcanzable
parecía que era irreal
que ante el amor pudieras quedar.
Todo era un plan del destino,
tal vez un poco de tu egoísmo,
no sé, jamás sabré,
pues las cortinas de humo
se aúnan a mi destino.
Hora caminamos de la mano
sin rumbo ni tino somos
cual suspiro al viento,
hojas de otoño y tiempo vivo.
Bajo la cortina de humo
que nos abraza y atrapa
jamás nos lanza a la distancia,
nos junta y enlaza
formando un solo camino.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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