Estoy impregnada de tu olor,
de tu dulce miel a nostalgia,
de esa voz que mata y ata mi ser
el reflejo de mí en ti.
ésa qué escucho
en el susurro de la noche
llena de amor y melancolía,
entre los caudales
del abrazo tan soñado.
El timbre de tu voz
que se aferra al te amo,
el sosiego a esta alma en pena,
alma intermitente.
Adicción, saberte mío, tan mío,
en medio de este mundo de gente
floreciendo al amor y naufragamos
ante el dolor de un adiós quizás.
Adicto a mi ser y
enamorada de mis letras
que me envuelven a placer,
somos de dolor y deseo.
Adicta a mis ganas
de amar a la memoria
que me hace guardar los instantes
donde frente al espejo
me vi reír y llorar.
Adicta a mí...
sólo a mí.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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