Las veletas se mueven según la dirección en que se mueve el viento. Eso lo sabe todo el mundo y si el viento no sopla sencillamente se quedan estáticas en la posición en que las dejó la
última ventolera.
No hay en ellas capacidad para decidir hacia dónde apuntar sino que están a merced de todo y ocurre así porque el centro de control es totalmente externo a ellas y carecen además de cualquier fuerza interna para decidir a dónde apuntar.
Un ser vivo sin embargo tiene no sólo la
capacidad de permanecer en su posición si se propone ese objetivo sino incluso
de moverse contra corriente o moverse en la dirección que quiera. Así ocurre
también con las máquinas que cuentan con un motor equipado en ellas para
generar su propio movimiento.
Tenemos en nuestra vida ambos polos siempre
a disposición: podemos optar por ser veletas o bien por activar nuestro motor
interno; podemos decidir movernos en la dirección que queramos o permanecer
estáticos aunque el entorno nos pueda empujar en una dirección u otra… o bien
estar siempre a merced de las presiones y opiniones ajenas e incluso de nuestros
impulsos más primarios sin someterlas a la reflexión, a la crítica o
autocrítica.
Cuando te enfadas y en lugar de
reconocer tu enfado y explicar tus razones sin juzgar ni condenar te dedicas a
insultar, mirar con desprecio al otro dando rienda suelta al descontrol de tus
emociones… ¿qué eres: veleta o motor?.
Cuando defiendes tu punto de vista con
argumentos, no por cabezonería, y éstos son objetivos,… ¿qué eres: veleta o
motor?.
Cuando tienes unos objetivos o una tarea
que realizar y la postergas constantemente “porque es que… no te apetece,
requieren esfuerzo,…” ¿qué eres: veleta o motor?.
Cuando te importa más el ser tú mismo, fiel a tus principios, auténtico, honesto,… que el quedar bien con los demás y buscar su aprobación,… ¿qué eres: veleta o motor?.
Necesitamos tomar las riendas de
nosotros mismos, controlar nuestros impulsos, someterlos a la autocrítica, ser
coherentes con lo que pensamos y sentimos al mismo tiempo que respetamos a los
demás, nuestro entorno, así como nos gustaría que nos respeten a nosotros.
Necesitamos centrar nuestro control en
nosotros mismos, no en el exterior (incluso siguiendo propuestas que nos vienen
de fuera se puede ser auténtico mientras ello coincida con nuestra propia
identidad); madurar nuestras decisiones para que sean consistentes y de ellas
podamos sentirnos orgullosos.
Necesitamos superar la inmediatez: lo
queremos tener todo y ya, pero saltándonos todo lo que supone ponernos en
marcha. Hay un proceso y asumirlo significa decidirnos a vivir todo lo que sea
necesario para llegar a algo consistente.
Santi Catalán
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué piensas de las ideas que este artículo presenta?.
- ¿Qué es para ti el "autocontrol"?, ¿qué cualidades y/o actitudes van de la mano de este valor y por qué crees que están necesariamente relacionadas con él?.
- ¿Cómo construir este valor?, ¿qué pasos vemos necesarios para conseguirlo?.
- ¿Tienes problemas derivados de la falta de control sobre ti mismo/a?, ¿en qué se ha manifestado esa falta de autocontrol?, ¿qué vas a hacer en los sucesivo para crecer en él?.
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