De vez en cuando miro el cielo,
ése que parece un suspiro tan lleno de ayeres
puede sentir tu presencia
porque sé que me piensas.
en la despedida sin prisa,
con ganas de quedarnos,
de seguir entre sábanas buscando amor.
Llegaste así sin más,
sólo para regalarme solferinos de amor
imaginando azules en otros cielos
y rosas en cada sonrisa.
Tan tú, tan yo, tan diferentes,
pero con tantas ganas de agazaparnos en las entrañas
de este amor, que a placer termina con las ganas
de soñar y vivir en la realidad...
Llegaste, llegué, llegamos
un poco tarde… pero al final
nos encontramos mirándonos
en medio de un te amo.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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