A veces creemos que estamos
a un milímetro de la felicidad
y nos damos cuenta de que
las acciones no concuerdan
con lo que se profesa.
y el dolor carcome el alma y la mente,
esperamos que lo noten
pero el amor pasa de largo
y le da menos importancia al corazón
y se vuelca a la razón.
La desilusión ya es algo del día a día
teniendo en cuanta que
yo sólo eres un adorno
y quisieras que los ojos
fueran ciegos ante la desolación.
¡Qué ironía somos!,
fuimos y ya no seremos
porque la decepción
es capaz de matarnos
en esta eternidad,
cada acción sin rencor
nos dejó vacíos
y ya sin amar.
Lentamente la desilusión se fue metiendo
por la rendija de la decepción
y al alma condenó,
jamás sus pasos fueron en vano
y hoy sólo caminan de la mano.
Decepción y desilusión
en medio el corazón
que marchito quedó.
Mgabriel Portilla
MÉXICO
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