Un día me vi
entre la tristeza y la alegría,
te veía entre la sonrisa
y la calma de una cama.
y a sus años el más sincero,
mi pequeño ángel
que luchó contra la razón
y cautivó el corazón.
Era triste ver que
cada día su vida pasaba
entre aquéllos que le cuidaban,
los de blanco que,
más que ángeles,
fueron familia.
El ya ha crecido,
él sus alas sacó,
guardó la tristeza
en las ganas de vivir
y le admiro por no sufrir.
Y ahora la alegría
es el verte vivir,
luchar por tu sueños y anhelos
sin más que reír.
Mi alegría es verte soñar y bailar,
cada vez que te veo
en el escenario pareces volar,
veo ese angelito sin alas
y con tu sonrisa alivias mi alma.
A mi hijo Luis Rivera.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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