Erase una vez
allá en un lugar lejano
un caballero enamorado de una dama
enamorado de su andar.
abrazaba en sus sueños
a la bella Dulcinea,
ésa que entre sus brazos
añoraba el amor.
Loco se volvió
entre la realidad y cruel vanidad,
entre su armadura
guardaba el amor.
Ella era apenas simple mujer
dando abandono
a ese sentimiento llamado ilusión
sin dejar nada para la razón.
Hermosa la mañana
en que el caballero se echa al andar
para encontrarse en la libertad
de una mirada de su Dulcinea...
Mgabriel Portilla MÉXICO
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