No quiero recesos
tampoco limosnas.
No quiero tus besos
a imprevistas horas.
No quiero miradas
comprometedoras
tampoco bobadas
dichas a deshoras.
tampoco diamantes,
son solos retazos
de falsos amantes.
Ni siquiera flores.
Esos terciopelos,
solo son colores
disfrazando anhelos.
No quiero amores
de oscuras noches,
provocan dolores
sus duros reproches.
No quiero adagios
en atardeceres,
son tristes presagios
sin amaneceres.
Solo tu mirada,
solo un silencio
en mi madrugada
y a ningún precio.
Solo eso quiero,
¿será mucho pedir?
Solo eso quiero,
¡vivir, vivir, vivir!
Isabel San José Mellado
Derechos de autor - España
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