para enamorarme,
me llenaste de pasión
y entonces me arrancaste el corazón,
fuiste vida y muerte
y yo aun creí en el amor.
Hoy lloras por un amor
y eso partió a mi corazón,
lentamente hiciste de todo
para que lo viera
y hoy la besas a ella.
Sólo no la beses como a mí,
estás en tu derecho de partir
o quedarte al fin;
mi amor jamás fue nada
y nadie de mi sabrá,
soy la sombra
que brilla sola
y nada más.
Mi amor siempre será bonito,
de ésos que no necesitan
matar a nadie,
ni tampoco atar,
mucho menos hablar.
No la beses como a mí,
ni la acaricies...
(Rio Roma)
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
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