Llegaste con esa melodía
que llenaba mis días
y después ¿qué hiciste?,
mataste el alma con tu agonía.
Creí de ti cada palabra
y ¿qué hiciste?,
queja de mí por mis preguntas
que sólo querían
respuestas de tus labios.
Te ofendías,
te enojabas,
te hacías cruel
hasta que te suplicaba amor,
matabas con tus palabras
y mis deseos
de permanecer a tu lado,
todo era mentira de tu amor.
Mataste mi alma
y viniste una y mil veces suplicando...
Aún me pregunto
si me amabas...
MGabriel Portilla
MÉXICO
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