Me abracé a cada letra
llena de alegría para no morir
mientras las letras renacían.
¿Qué tal estuvo ese te amo
susurrado en mi oído derecho,
en el minuto cinco de la hora diez?.
Mi corazón late aún
con el reloj a cuestas
y mis dedos escriben
de ese segundero
que cantaba nuestra canción.
¿Sabes algo?, jamás te dije,
que en esa paradoja de tu viaje
fue lo que jamás pude soñar.
MGabriel Portilla
MÉXICO
No hay comentarios:
Publicar un comentario