- No ores para que Dios realice tus planes, sino
para que tu interpretes los planes de Dios.
- Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad
es la oración. Cristo dijo: "Pedid y recibiréis".
- El pedir tiene su técnica. Hazlo atento,
humilde, confiado, insistente y unido a Cristo.
- ¿No sabes qué decirle a Dios?. Háblale de
vuestros mutuos intereses. Muchas veces. Y a solas.
- No conviertas tu oración en un monólogo,
harías a Dios autor de tus propios pensamientos.
- Cuando ores no seas ni engreído, ni
demasiado humilde. Con Dios no valen trucos. Sé tal cual eres.
- ¿Y las distracciones involuntarias? Descuida.
Dios, y el sol, broncean con sólo ponerse delante.-
- Si alguna vez piensas que cuando hablas a
Dios Él no te responde..., lee la Biblia.
- No hables nunca de «ratos de oración»; ten
«vida de oración».
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- De estas recomendaciones, ¿cuáles necesitas tener más en cuenta?, ¿por qué?.
- ¿Cómo es tu vida de oración?, ¿crees que necesitas aumentarla o hacerla mejor?, ¿en qué?.
- ¿Hay diferencias entre lo que de niña te decían que era "orar" y lo que entiendes ahora sobre eso de "hablar con Dios"?. ¿Qué fruto produce en ti la oración?.
- ¿A qué te vas a comprometer hoy para mejorar tu vida de oración, tu comunicación con Dios,... y no sólo hoy sino a partir de hoy?.
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