Me vestí bajo el yugo de noche,
conté estrellas una a una
y eran las lágrimas
que empañaron mi alegría.
Melancolía que salía de mis ojos
y florecía en mi alma,
ilusiones rotas y marchitas.
Bajo el silencio mi soledad
claudica mis pensamientos
y a lo lejos vi venir
unos ojos con magia y luz.
Eres melancolía
entre los surcos de las heridas,
dagas que se clavaron por años
entre la ingenuidad
y el alma de amar.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
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