Se deslizaron lentamente
cuando la vida se detenía,
a veces todo parece tan irreal
que cuando toco tus manos
el mundo es real.
Quizás si llorará bajito
nadie notaría nada
ni su sentir ni su pensamiento,
sólo su sonrisa en el tiempo.
Sus lágrimas
fueron la lluvia
que mojaba el corazón,
sus palabras perdieron valor
y entonces sólo lloró
una y otra vez.
MGabriel Portilla
MÉXICO
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