Después de esas ganas
de soñar bajo la luna,
me abrazas como sólo tú sabes,
envolviéndome en tu aroma
y el cálido calor de tu ser.
Me susurraste palabras de amor
y entonces la historia de amor continuó.
Estábamos somnolientos,
nos dormimos mirándonos
y repitiendo el te amo.
De vez en cuando
hacemos esta forma de amor,
es la forma de hablar sin palabras,
de escribir poesía en la piel
y sentir que somos
el uno para el otro.
Me encanta acariciar tu pelo
y ver ese gesto de inquietud.
No sé realmente
qué es lo que hago,
pero me encanta sentir
que eres real
y no un sueño fugaz.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo México
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