grabaste mil frases de amor,
escribiste en mi alma
poesías de ilusión,
versaste en mi corazón.
Dime tú, ¿en dónde falló la razón?.
Fui el lienzo
de miles de caricias,
miles de noches
contemplando las estrellas
y unas mirándonos.
Tú ahí,
contemplando mis gestos,
mis ojos que jamás te mintieron.
Soy un puñado
de emociones y amaneceres
que se vuelven quimeras,
sintiendo cómo se desvanecen
entre mis manos.
Y tú ahí, inerte,
tal vez pensando
en el tiempo, en silencio.
Tatuaste tulipanes en mi vientre,
florecen y brillan
con cada recuerdo.
Porque no todo fue malo
ni todo bueno,
mas desde mi ser agradeceré
por todo lo vivido.
Hoy sé que nací
para ser tiempo infinito.
M. Gabriel Portilla
MÉXICO
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