Cuando la noche
abraza el sueño perfecto,
donde los enamorados se sueñan,
ella está sentada en la cornisa
del resiliente del amor.
y mil razones para amarle,
ella es apenas sueño,
apenas luna, apenas destello.
Pero en su amanecer
el sol le cobija con su amor
y esa pasión que parece inherente
pero dice que es más que amor.
Ella mirándole enamorada
le confesa admiración
porque él es sol y fuego...
lleno, dulce anhelo de amor.
Ella naufraga entre esos parajes
de oscura bondad,
entre sueños y quimeras,
sólo para amarle en la eternidad.
Ellos, ellos son
la digna palabra de amor,
digna frase de amarse por destino.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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