El alma negra
quiere sacar sus alas
y volar por los infiernos
que vislumbran el sol...;
quiera el corazón
ser sacrificado por dolor.
crueldad, maldad
en esos ojos púrpura
que parecen libélulas naufragantes
en medio de ríos de sangre.
¡Qué daría yo!,
ser sacrilegio de tremenda belleza
en esos labios que claman
un beso en plena soledad.
Cripta descripta,
sepulta tintinea el alma
que de amor muere lentamente
por no saber que
el destino pasajero
era dueño de ilusiones.
Esparcido el aniquilante
su sonrisa, caballero, sin respeto,
sería protagonista
mirada de infierno.
Tintinea la soledad
que necesita de soñar
y entender que el sol
no podrá ayudar.
Parecía tan ella,
como luna caminando
con el tiempo esparcido
entre los luceros
que sonrisa me regala.
Junto a su mano
una rosa negra,
parecía una daga clavada
entre aquel puñado de desventuras
maquiavélica era
la tibia mueca de amor.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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