(A Cuenca)
Ciudad de las Casas
Colgadas,
que con coraje desafías,
atardeceres de verano
rasgadas,
o madrugadas lluviosas y
frías.
Enigmática y encantada,
te encuentro triste y
cansada.
¿Acaso te has vuelto
sumisa?
Hoy no te encuentro feliz,
ciudad de bellos
callejones,
¿Quién te ha osado herir
causando a tu alma girones?
¡Escucha! Te habla Mangana,
¡Sabes que no te dejará
llorar!
Cada tañido de su campana,
hace que tu alma vuelva a
vibrar.
Yo sé que no eres de piedra,
percibo en mi corazón tu
amor,
junto a ti me quedaría como
hiedra,
dejarte así me causa gran
dolor.
Volveré gozosa algún día
a pasear por tus lindas
calles,
cubriendo de dulce ambrosía
tus montañas, callejas y
valles.
Isabel San José Mellado
Derechos de autor - España
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