martes, 20 de agosto de 2019

A mi abuela


Abuelita vengo a quedarme
me han dado las vacaciones,
y, como trabaja mi madre,
sola no quiere dejarme.

Cuéntame esas historias,
que tanto me agradan,
me quedaré muy callada,
escuchando tus palabras.

Cuando ibas a la era, a trillar
y, también a vendimiar,
qué feliz me haces abuelita,
tantas historias que contar.

Cuantas cosas me enseñaste,
con qué dulzura me cuidabas,
que hermosos los recuerdos,
de esas vacaciones obligadas.

Cuando salíamos al campo,
con qué gran sabiduría,
a todas mis preguntas,
paciente y cariñosa respondías.

Aprendí muchas cosas,
a jugar, rezar, coser...
pero la más importante,
fue aprender a ser mujer.

Son noventa y cuatro años,
llevados con gran esmero,
no estés triste abuelita,
sabes cuánto te quiero.

Sé que hay un gran amor,
esperándote en el Cielo,
al que tanto quisiste.
¡Sí!, ya lo sabes,  mi abuelo.
Isabel San José Mellado

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