Durante siete años no pude dar un paso. Cuando
fui al gran médico me preguntó:
- ¿Por qué
llevas muletas?.
Y
le dije:
- Porque estoy tullido.
- No es extraño, prueba a
caminar -me dice-. Son esos trastos los que te impiden andar. ¡Anda, atrévete,
arrástrate a cuatro patas!.
Riendo
como un monstruo, me quitó mis hermosas muletas, las rompió en mis espaldas, sin
dejar de reír, y las arrojó al fuego.
Ahora
estoy curado. Ando.
Tan sólo a veces, cuando
veo palos, camino algo peor por unas horas.
Bertold Brecht
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Por qué razones el "gran médico" adoptaría la decisión que tomó respecto al tullido?.
- ¿Qué sucede cuando nos acostumbramos a la "sopa boba", a que nos den todo hecho?. ¿Hay "muletas" imprescindibles en nuestra vida de ahora mismo?, ¿hay otras que sí serían prescindibles si nos lo propusiéramos?, ¿cuáles?.
- ¿De qué "muletas" te cuesta más desprenderte?, ¿cómo hacer para que puedas ser cada vez menos dependiente de ellas... hasta el punto de que las puedas botar o echarlas al fuego?.
- ¿Cuál puede ser tu compromiso hoy, contigo misma, para avanzar en autonomía, en mayor responsabilidad sobre ti misma?.
Muy estimulante, una publicación llena de luz. De hecho, he visto una situación tal cual con uan persona, fue quitarles las muletas y su vida cambió.
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