Un día
como cualquiera
algo en
su cuerpo notó,
un
ladrón irrumpió.
Pues la
tranquilidad
le robó,
sueños rotos
y sin
ilusiones le dejó.
Sabía
que de amadura
se
vestiría, poesía al
viento
diría.
El
ladrón robaría
todo lo
de ella,
con su
ser acabaría.
Guerra
fuerza sacaría
de las
sonrisas
de sus días.
Dolor
que las letras
cortas
quedan, no
alcanzan
para describir.
Sobra
decir que un ángel
al cielo
cuida y espera
por mí.
Mgabrielportilla DRMexico
MGPP1979©HRR
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