lunes, 10 de agosto de 2015

La prudencia en los niños

Aunque la prudencia se asocia generalmente a una virtud desde el ámbito religioso -igual que muchísimos otros valores-, no significa que sólo pertenezca al ámbito de las creencias. Ella es lo que nos permite evaluar las consecuencias que nuestros actos puedan tener sobre otras personas o sobre nosotros mismos. Desde luego, es uno de esos valores que debemos inculcar a los más pequeños.
Prudencia es saber callarse en el momento adecuado para no dañar a otras personas, no hacer ciertas cosas que puedan poner en peligro nuestra integridad o la de los demás, tomar precauciones, pensar antes de hablar o pensar antes de actuar. Siendo así, muchas personas se preguntan hasta qué punto se le debe enseñar a un niño a ser prudente y evitar al mismo tiempo que pierda su espontaneidad y su inocencia.
Los límites son difusos porque un exceso de prudencia puede hacer que nuestros hijos crezcan con demasiados temores, con demasiadas preocupaciones y retengan sus emociones, algo que es bastante negativo para un desarrollo saludable de cualquier niño. Como siempre, la clave para educar a nuestros niños en la prudencia es el ejemplo.
Consejos para que los niños sean prudentes:
1. La mejor forma de inculcar cualquier valor a nuestros hijos es el ejemplo. Si nosotros actuamos sin medir las consecuencias o las repercusiones, no podemos pedirles que sean niños prudentes y comedidos.
2. Explicarles por qué motivos hemos tomado una decisión para que ellos comprendan que antes de decidir hay que valorar todo lo que conlleva la situación.
3. Leerles cuentos o fábulas que ejemplifiquen los riesgos de ser un niño imprudente, los daños que se pueden causar a sí mismo y a los demás.
4. La empatía también es necesaria para vivir con prudencia. Si enseñamos a nuestros niños a ponerse en el lugar del otro, actuarán teniendo en cuenta a los demás.
5. No hay prudencia sin respeto. Los niños deben entender que ciertos actos tienen repercusiones sobre los demás y que los demás son también personas importantes. Tan importantes como ellos para nosotros.
6. Atemorizar a nuestros niños con avisos apocalípticos no es la mejor forma de inculcarles la prudencia, pero sí podemos recordarles los peligros a los que pueden exponerse con un comportamiento demasiado impulsivo.
Laura Vélez. Colaboradora de Guiainfantil.com

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Por qué crees que "el ejemplo" es la mejor estrategia para enseñar a los hijos el arte de la prudencia?.
  • De los demás 5 consejos ¿cuáles te parecen a ti más interesantes o productivos para educar en la prudencia a tus hijos?. ¿Qué beneficios hallas en ellos?.
  • ¿Qué cualidades o condiciones, además del ejemplo, crees que debemos cumplir los padres y madres para poder educar adecuadamente en el valor de la prudencia?.
  • ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para ser en primer lugar más "prudente" y educar en la prudencia a tus hijos?.

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