Aunque
la prudencia se asocia generalmente a una virtud desde el ámbito religioso -igual que muchísimos otros valores-, no significa que sólo pertenezca al ámbito de las creencias. Ella es lo que nos permite evaluar las
consecuencias que nuestros actos puedan tener sobre otras personas o sobre
nosotros mismos. Desde luego, es uno de esos valores que debemos inculcar a los
más pequeños.
Prudencia es saber
callarse en el momento adecuado para no dañar a otras personas, no hacer
ciertas cosas que puedan poner en peligro nuestra integridad o la de los demás,
tomar precauciones, pensar antes de hablar o pensar antes de actuar. Siendo
así, muchas personas se preguntan hasta qué punto se le debe enseñar a un niño
a ser prudente y evitar al mismo tiempo que pierda su espontaneidad y su
inocencia.
Los límites son
difusos porque un exceso de prudencia puede hacer que nuestros hijos crezcan
con demasiados temores, con demasiadas preocupaciones y retengan sus emociones,
algo que es bastante negativo para un desarrollo saludable de cualquier niño.
Como siempre, la clave para educar a nuestros niños en la prudencia es el
ejemplo.
Consejos para que
los niños sean prudentes:
1. La mejor forma de
inculcar cualquier valor a nuestros hijos es el ejemplo. Si nosotros actuamos
sin medir las consecuencias o las repercusiones, no podemos pedirles que sean
niños prudentes y comedidos.
2. Explicarles por
qué motivos hemos tomado una decisión para que ellos comprendan que antes de
decidir hay que valorar todo lo que conlleva la situación.
3. Leerles cuentos o
fábulas que ejemplifiquen los riesgos de ser un niño imprudente, los daños que
se pueden causar a sí mismo y a los demás.
4. La empatía
también es necesaria para vivir con prudencia. Si enseñamos a nuestros niños a
ponerse en el lugar del otro, actuarán teniendo en cuenta a los demás.
5. No hay prudencia
sin respeto. Los niños deben entender que ciertos actos tienen repercusiones
sobre los demás y que los demás son también personas importantes. Tan
importantes como ellos para nosotros.
6. Atemorizar a
nuestros niños con avisos apocalípticos no es la mejor forma de inculcarles la
prudencia, pero sí podemos recordarles los peligros a los que pueden exponerse
con un comportamiento demasiado impulsivo.
Laura Vélez.
Colaboradora de Guiainfantil.com
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Por qué crees que "el ejemplo" es la mejor estrategia para enseñar a los hijos el arte de la prudencia?.
- De los demás 5 consejos ¿cuáles te parecen a ti más interesantes o productivos para educar en la prudencia a tus hijos?. ¿Qué beneficios hallas en ellos?.
- ¿Qué cualidades o condiciones, además del ejemplo, crees que debemos cumplir los padres y madres para poder educar adecuadamente en el valor de la prudencia?.
- ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para ser en primer lugar más "prudente" y educar en la prudencia a tus hijos?.
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