martes, 29 de septiembre de 2015

¿Dónde estás?


¿Dónde estás?.
Te grité aquella mañana temblando
de dolor, desesperado,
y mi tristeza se elevó hecha grito
en la tranquila paz de tu Sagrario.

¿Dónde estás?.
Volví a gritar con voz más fuerte
quebradas las barreras de mi llanto.
¡No puedo soportar este silencio!.

¿Dónde estás, mi Señor?.
¡Te estoy buscando!.

"¡AQUÍ ESTOY!".
gritaste en mi conciencia.
Y un mendigo cubierto con harapos
me vino a visitar en mis recuerdos
cargando su silencio resignado.
En su mano tendida había tristeza,
en su mirada mucho de cansancio,
caminando las calles de la vida
¡Cuántas veces sin verlo lo he cruzado!.
 
"¡AQUÍ ESTOY!".
repetiste con voz firme.
Y recordé aquel niño abandonado
que acurrucado en el banco de una plaza
encontré esta mañana tiritando.
Aunque era niño descubrí en sus ojos
la dolida mirada de un anciano
cansado ya de haber visto todo
aunque había vivido pocos años.

"¡AQUÍ ESTOY!".
Y recordé de pronto
el andar vacilante del borracho
que con paso inseguro por las calles
andaba su bochorno y su cansancio.
 
"¡AQUÍ ESTOY !".
Y vino a mi memoria
la mirada perdida del muchacho
que buscaba en el mundo de las drogas
las sensaciones que aún no había encontrado.
 
"¡AQUÍ!",
dijiste, y yo cerré mis ojos
recordando los ojos de cansancio
de aquella prostituta que en las noches
traficaba su cuerpo manoseado.
 
"¡AQUÍ!",
agregaste, y recordé al hambriento
revolviendo los tachos del mercado
buscando mitigar su hambre de siglos
en los restos que otros hombres despreciaron.
 
"¡AQUÍ!",
gritaste, y vino a mi memoria
la cama del enfermo abandonado,
el jadeante respirar del perseguido,
el llanto sordo del desheredado.
La vergüenza de los hijos naturales
el estéril clamor del condenado
que fueron de los vientres arrancados.
 
"¿DÓNDE ESTOY,
has venido a preguntarme?".
 
"¡AQUÍ ESTOY!".
en el dolor de tus hermanos.
¡Deja de contentarte reviviendo
en los artísticos cuadros mi calvario!.
Yo cargo con dolor todos los días
la dura cruz de los desheredados,
continúo sufriendo en los que sufren
y en su sangre me sigo desangrando. ...
 
¡Quita mi imagen de la cruz que llevas,
de las imágenes sin vida estoy cansado!.
¡Cansado estoy del arte de los hombres
que al mundo siempre me ha mostrado!.
Yo acepté libremente mi designio
y a la cruz fui a morir enamorado.
¡Pero he resucitado al tercer día
y entre mi gente sigo caminando!.
 
¡Yo no soy un pedazo de madera
ni una estatua de yeso coloreado!.
Yo vivo en el dolor y el sufrimiento
de aquéllos que los hombres marginaron!.
andando los caminos de esta vida
revivo día a día mi calvario.
¡Mil veces me torturan y me matan
en el diario sufrir de tus hermanos!.
 
También estoy aquí, dentro del templo
en donde esta mañana me has buscado,
pero es hora que aprendas a encontrarme
en los que viven su Via Crucis, a tu lado.
Cuando me hayas encontrado en cada uno,
y en ellos viéndome, me hayas amado...
puedes buscarme aquí, ten bien seguro,
que en el Sagrario te estaré siempre ESPERANDO.


CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿De qué está hablándonos esta oración?. ¿Qué actitudes descubres en el que clama al Señor en los primeros párrafos de este texto?.
  • ¿Cómo va descubriendo que ese Dios al que busca estaba más cercano, mucho más, de lo que se estaba imaginando?.
  • ¿A qué conclusiones nos lleva la reflexión y meditación de esta oración?.
  • ¿Qué consecuencias prácticas descubres en esta oración para tu vivencia del día de hoy?. ¿Qué vas a hacer en concreto para llevarlas a la práctica?.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Hasta luego, amigo

Un mensaje de whats app me hizo saber que "no me ibas a poder contestar al teléfono si acaso decidiera llamarte".
"Le dio algo", decía la nota. Y una puerta pareció entreponerse entre tú y yo que se cerraba hasta sabe Dios cuándo en que también yo la cruce.
Mil torrentes de recuerdos, imágenes y sentimientos inundaron mi interior y llevaron a regar en oleadas mis mejillas después de que éstos convulsionaron todos mis adentros.
Recuerdo aquel día en que llegaste al colegio La Salle de l'Alcora. Eras nuevo, venías de otro colegio y como tú eras de El Castillo y yo de Zucaina... pensaron que era buena idea ponernos juntos.
Eras hablador... aunque no mucho más que yo y desde el primer instante nos entendimos muy bien.
Te encantaba gastar bromas y tratar de cabrearme haciéndome algún rayajo en mis libretas; mi respuesta siempre era doble a lo que correspondías con la misma proporción: siempre el doble. Nuestros enfados duraban lo que se tardaba en pronunciar la última palabra para luego salir juntos a jugar, correr, reir,...
Tú tenías de todo: tus padres podían permitirte eso y mucho más; yo... tenía también unos padres maravillosos pero no tenía nada material que pudiera interesarte.
Tú me invitabas a diario a ir a tu casa a jugar, disfrutar de tus lujos (para mí tu vida era un lujo),... pero apenas fui, no porque no quisiera sino porque mi vida estaba hecha a otra manera de ver las cosas.
¿Te acuerdas cuando tus padres te compraron aquella "Montesa"?. No tardaste ni 5 minutos en plantarte a la puerta de la casa de mis padres para invitarme a dar una vuelta con ella montados los dos en ella... aunque aquello no tenía asiento ni siquiera para uno solo.
¡Tantas diabluras!. Sí, muchas diabluras que demuestran que es un milagro que no nos matáramos en cualquiera de ellas: riscos a los que subir... y luego descender, cuevas que explorar sólo por el placer de lo imprevisible sin otro equipamiento que nuestras habilidades personales y unas linternas que siempre se agotaban en el mejor momento, de las emociones fuertes sin cinturones ni arneses de seguridad, árboles en los que encaramados jugábamos a pillar y desde sus ramas saltar de unas a otras como si de monos se tratara... una de ellas clafió y estuvo a punto de dar con tus huesos en las rocas del río ¿te acuerdas?.
Juntos atravesamos el Sitjar con una barca hinchable que casi hundíamos sólo con nuestro peso y nos lanzábamos luego desde peñascos al agua sin saber si tras la superficie habían dos metros de profundidad o sólo dos palmos de agua,...
Era tal la confianza en todas las decisiones que tomábamos fuere de quien fuere la idea que... no había miedo capaz de paralizarnos. Era tal la confianza en nosotros, del uno en el otro, que daban igual todas las posibles consecuencias.
A mis 16 años me tocó poner muchos km de por medio porque me fui a emprender unos estudios que darían un cambio fundamental para mi vida,... pero la amistad continuó. Las cartas que intercambiábamos reemplazaban a nuestros encuentros y las palabras escritas a todos nuestros cotilleos en vivo de todo lo que nos parecía.
Me enviabas fotos de lo que siempre habíamos hecho: de aquella tienda de plástico transparente que nos fabricamos nosotros mismos, de las chocolatadas en el río y el acoso a las culebras de agua para aliviar su agobio sobre ranas y peces, de tus saltos de trampolín en las piscinas, de tu moto siempre embarrada y tú caído por los suelos pero con la risa siempre dibujada en tu rostro (era lo tuyo).
Al final de tus cartas solías decir:
- "Los viejos tiempos volverán Santi, volverán, tú verás".
"Volverán", José Luis, volverán. Voy a confiar en esta última aventura a la que me invitas porque ya he comprobado que lo que nos ha unido y nos sigue uniendo no son todas las locuras que se nos ocurrieron llevar a los hechos sino la confianza que pusimos en nosotros mismos y en el valor de nuestra amistad.
  Hasta luego, José Luis.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
Ésta es una carta de "despedida" sin querer despedirse. Cada cual escribe las suyas cada vez que se produce la ausencia forzosa de alguien a quien más nunca vamos a poder ver en este mundo.
Esta carta pertenece al mundo interior de cada cual y no parece tener sentido buscar cuestiones para la reflexión sobre ella, pero... podemos dialogar sobre lo que todos tenemos en común al respecto:
  • ¿Quiénes hay en tu interior, que ya no están físicamente aquí, y d elos cuales te cuesta despedirte?.
  • ¿Qué crees que es lo mejor para ellos y para ti en estas circunstancias?.
  • ¿Qué hacer cuando alguien expresa sus sentimientos de manera desconsolada?, ¿tiene sentido decirle "no llores", "no sufras", "no te lamentes más",...?. ¿Cómo hacer con esta persona que sufre este vacío?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy, tú también, para transitar tu duelo y ayudar a los demás a vivir el suyo?.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Taps

Si alguien ha estado en un entierro militar donde suena lo que pueden ver y escuchar en este vídeo: http://image.slidesharecdn.com/taps-funeralmilitar-120717185041-phpapp02/95/taps-funeral-militar-1-728.jpg?cb=1342551105 , ahora conocerá su significado. Este toque de queda TAPS nos hace un nudo en la garganta y nos llena de lágrimas los ojos.
¿Pero ustedes saben la historia de esta canción?. En caso que no la sepan, seguramente estarán interesados en saber su humilde origen.

Se narra, que todo comenzó en 1862 durante la Guerra Civil cuando el Capitán del Ejército de la Unión Robert Elly estaba con sus hombres cerca de Harrison’s Landing en Virginia. El Ejército Confederado estaba al otro lado del angosto terreno.
Durante la noche, el Capitán Elly escuchó los quejidos de un soldado que estaba mal herido en el campo. Sin saber si se trataba de un soldado de la Unión o de la Confederación, el Capitán decidió arriesgar su vida y traer al hombre herido para la atención médica. Arrastrándose de vientre a través de los disparos, el capitán llegó al soldado herido y empezó a tirar de él hacia su campamento. Cuando el Capitán llegó finalmente a sus propias líneas, descubrió que en realidad era un soldado confederado, pero el soldado estaba muerto.
El capitán encendió una linterna y, de repente se quedó sin aliento y se paralizó por el shock. En la penumbra, vio el rostro del soldado. Se trataba de su propio hijo. El chico estaba estudiando música en el Sur cuando estalló la guerra. Sin decirle nada a su padre, el muchacho se alistó en el ejército confederado.
A la mañana siguiente y con el corazón destrozado, el padre pidió permiso a sus superiores para dar a su hijo un entierro con honores militares a pesar de estar en el bando enemigo. Su pedido fue parcialmente aprobado. El Capitán pidió si podría tener un grupo de los miembros de la banda de músicos que tocaran en el funeral de su hijo. La solicitud fue negada en vista que el soldado pertenecía al ejército del la Confederación.
Pero, por respeto al padre, le dijeron que sólo podían únicamente darle un solo músico. El Capitán escogió a un cornetero para que tocara una serie de notas musicales que encontró en el bolsillo del uniforme del joven fallecido. Esta solicitud fue otorgada.

Nació así la melodía inolvidable que ahora conocemos como “Taps”. La letra de esta angustiosa melodía que se toca en los entierros militares es:
“El día ha terminado. Se fue el sol, de los lagos, de las colinas, de los cielos. Todo está bien. Descansa protegido. Dios está cerca.
La luz tenue, oscurece la vista y la estrella, embellece el cielo brillando luminosa, desde lejos acercándose, cae la noche.
Agradecimientos y alabanzas para nuestros días debajo del sol, debajo de las estrellas debajo del cielo. Así vamos. Esto sabemos. Dios está cerca”.

Yo también sentí escalofríos mientras escuchaba el “silencio” (taps), pero nunca supe todas las palabras de la melodía hasta ahora. Tampoco sabía que existía más de un verso. Ni siquiera sabía la historia de la canción.

Recuerda con cariño a los que no volvieron de las guerras fratricidas, eleva una oración para los soldados de todo el mundo que entregan sus vidas inutilmente.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué le impulsó al Capitán Elly a ir a buscar al herido?. ¿Por qué y para qué crees que hizo tal acción a pesar de jugarse la vida con ello?.
  • ¿Qué diferencias hallas entre su actitud y la de sus superiores cuando este soldado que antes estaba herido ya había muerto?. ¿A qué crees que se deben esas diferencias?.
  • ¿Qué valores descubres en este capitán?. ¿Qué dificultades crees que nos podemos encontrar cuando tratemos de vivir la nobleza y honradez de su corazón?.
  • ¿Cuál podría ser tu compromiso de hoy para hacer crecer estos mismos valores en ti?.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Vejez

La negación de la edad es una tontería. Yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años. Ahora, que más o menos estoy instalado en ella (tengo setenta y tres años), me doy cuenta que se me ha simplificado la vida, y la mayor parte de las cosas que antes me preocupaban, ahora creo que son boludeces, pero quedó lo esencial: el amor, los hijos, la justicia social, la solidaridad (y también el dulce de leche y la crema chantilly…).
 
Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia, pero yo creía que iba a ser peor. Es una tontería hacerse el pendejo, fíjense si tuviera que ir al gimnasio, sería todo un laburo y no podría gozar de esto de hacerme el filósofo. Cuando cumplí sesenta años hice una fiesta en la Escuela. Y dije:
- "Tengo dos caminos, o me convierto en un viejo sabio, o en un viejo pelotudo. Lo último me pareció aburrido. Cuando no asumís la edad, no gozás ni la una ni la otra".
 
El temor a la vejez hace que la ocultemos, que sea considerada como algo indigno, a ocultar en un geriátrico porque ya no servimos más.
 
Acá en la Argentina tenemos la cultura de Mirta Legrand, pobre Mirta, para conservar la juventud debe usar una máscara de cirugía y no está gozando de esa edad.
Cuando estuve en Estados Unidos había una actriz que había sido muy famosa, Bette Davis, que ya estaba muy viejita y tenía el rostro con las arrugas del tiempo. Era conductora y tenía un programa muy respetado, en el que podía decir cosas sabias, porque estaba cómoda en esa edad, era creíble.
 
También en Italia, estando en una plaza de Roma, pude ver que estaban todos los viejitos (los respetados nonos) jugando a las cartas y tomando Cinzano, con gran dignidad, y la gente iba a preguntarles cosas. El que vio la película casi hasta el final, sabe perfectamente cómo es, y puede avisarle a los otros cómo viene la mano de la vida.
 
Pero en la Argentina, cuando llegás a esta etapa, te meten en un geriátrico y no aprovechan la historia, que es necesaria para construir el futuro.
 
En el Amazonas no hay jubilación de viejos. Yo fui hace muchos años, de aventurero, con mochila y bolsa de dormir, y ahí estaban los viejitos de la tribu mirando el río Xingú que desemboca en el Amazonas. Y pensé: "Ahí está la biblioteca nacional"... Uno sabía de partos, otro de canoas, otro de plantas medicinales, a ellos los cuidaban mucho, porque eran los transmisores de la sabiduría, no había transmisión escrita (se moría el de las canoas y tenían que cruzar nadando…) Tenían una dignidad como los que vi en la India. Allí, en el proceso de vida, se respetan todas las etapas.
 
En estos países de la cultura occidental, tecnológica, donde lo que no es nuevo hay que tirarlo, lo mismo se hace con los seres humanos, y eso es una tontería. En la cultura norteamericana todos tienen que ser jóvenes y lindos.
 
Hay una etapa de la vida en que uno es niño, otra en que es joven, otra donde es adulto y otra donde es viejo. Nosotros atravesamos las cuatro etapas de la vida, si negamos una, vamos a tener problemas. Si se nos niega la infancia vamos a perder la creatividad, si se nos reprimió la adolescencia, vamos a perder la rebeldía.
 
Lo importante es seguir creciendo, es como pasar por distintas estaciones. En cada una hay que bajarse y tomar el otro tren (son las crisis evolutivas). Algunos se bajan en una y ahí se quedan, no siguen en el viaje de la vida.
 
Cuando no se transita uno de los pasajes evolutivos, se produce una perturbación. Si la niña no puede genitalizarse, queda en un vínculo infantil y no asume sus posibilidades de hacer pareja, es la hija que queda captada por un padre muy sometedor,  tiene cuarenta años y vive con el padre. Pero no puede hacer pareja con el padre por el incesto y por la diferencia de edad, son dos mundos distintos. Lo mismo ocurre con el varón, cuando muere el padre, y la madre lo coloca en el rol del hombre de la casa. Ese adolescente empieza a desfasarse de su objeto sexual, que es una novia, y es el típico solterón, o se casa y tiene problemas, no se despegó de la madre.
 
La concentración urbana genera la familia nuclear: papá, mamá y uno o dos hijos, donde es tan pequeño el espacio, que no cabe el abuelo, va al geriátrico, después tienen que mandar al nieto a la guardería, pero ¿quiénes son los mejores cuidadores para el nieto? el abuelo y la abuela. ¿Qué mejor maestra jardinera que un abuelo o una abuela? Ambos están fuera de la producción, fuera de la tensión necesaria para la lucha cotidiana, ambos están en el mundo de lo imaginario...
    En Santiago del Estero el tata viejo es un personaje muy importante. Es el que sabe la historia de la familia, transmite la información, los agüelos cuidan al gurí, las dos puntas de la vida se complementan.
 
En nuestro país la vejez está desvalorizada, los viejos son marginados, el cambio social fue tan brusco que su experiencia habla de una Argentina que perdimos, si terminan en el geriátrico, los tratan como chicos, los retan y los humillan, se deprimen y aparecen todas las enfermedades que tienen que ver con las bajas defensas.
 
En cambio, en las sociedades más sanas, ésta es una época muy rica, porque es la de la reflexión, que es parecida al juego y la creatividad, pero ya después de haber visto la película entera y haberla entendido. Es como el que viajó mucho y ahora puede ver el panorama del viaje.
 
La última etapa es lo que se llama la senectud, que a veces tiene un deterioro grave,  neuronal, de las funciones mentales. De todas maneras, el final del proceso de la vida, que es la muerte, es un tema negado en nuestra cultura. El final, la agonía, a veces tiene características traumáticas, como algunos partos, al inicio.  Los humanos somos todos de la tribu de los "Uterumbas", porque vamos del útero a la tumba.
 
Se puede estar en cualquier edad, incluso setenta, ochenta años, y el que tiene un proyecto se aleja de la muerte. Eso lo vi en Pichón anciano, él decía: “la muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos”, el tema es la construcción de la esperanza. ¿Cómo la podés construir?, si esa historia tiene sentido y se arroja adelante como esperanza.
Padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida.
Alfredo Moffat - Psicólogo. “Terapia de Crisis. La emergencia psicológica” 

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué piensas de estas reflexiones que hace el autor: Alfredo Moffat, acerca de la vejez?. ¿Qué destacarías de estas ideas?.
  • ¿Por qué crees que suele menospreciarse la vejez en ambientes como el nuestro y no se valoran suficientemente los beneficios de lo que en ella también se encuentra: sabiduría, madurez de espíritu, bondad,...?.
  • ¿En qué y como podríamos demostrar madurez -quienes decimos no ser viejos- a la hora de enjuiciar y relacionarnos con las personas ancianas?.
  • ¿A qué te vas a comprometer hoy para ser más maduro/a en tus hechos y actitudes para con toda persona, especialmente con los ancianos o que se hallan en la vejez?.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Cómo criar hijos delincuentes

La policía de Houston, Texas, distribuyó un curioso panfleto titulado: “Cómo criar hijos delincuentes.”
El contenido decía lo siguiente:

1. Déle a su hijo todo lo que pida. De esta manera su hijo crecerá pensando que tiene derecho a obtener todo lo que desea.
2. Ríase cuando su hijo diga malas palabras. De esta manera su hijo crecerá pensando que el vocabulario soez divierte a la gente y se esforzará por incrementar su repertorio de malas palabras.
3. Jamás oriente a su hijo en el área espiritual. Deje que cuando sea adulto él decida lo que quiera creer. No reprenda y no discipline a su hijo por su mal comportamiento, podría dañar su autoestima. De esta manera su hijo crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad.
4. Recoja todo lo que su hijo desordena. De esta manera su hijo crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.
5. Permítale ver cualquier programa en la televisión. De esta manera su hijo crecerá con una mentalidad abierta y desinhibida.
6. Traten de pelearse delante de sus hijos. De esta manera, sus hijos no se sorprenderán cuando tengan que divorciarse.
7. Dé a su hijo todo el dinero que pida. De esta manera su hijo crecerá pensando que obtener dinero es fácil y no dudará en robar para conseguirlo.
Al final había una nota que decía: “Siguiendo estas instrucciones le garantizamos que su hijo será un delincuente y nosotros tendremos una celda lista para él".

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué denominador común tienen estas siete "estrategias" para lograr mal-educar a un hijo?.¿Hay alguna de ellas en la cual te sientas identificado/a?, ¿en cuál y cómo notas que estás en ella?.
  • ¿Cómo podrían desandarse cada una de estas siete malas recomendaciones y transformarse en ideas para construir una buena educación de los hijos?.
  • ¿Cómo hacer para que entre padre y madre podamos tener al respecto la misma forma de actuar ante los hijos aunque tengamos nuestras naturales diferencias como personas individuales?.
  • ¿A qué puedes comprometerte hoy para corregir alguna situación en la que se ve la presencia de alguna manera equivocada de educar?.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Deja las lágrimas rodar

Cuando sientas deseos de llorar ¡Llora!.
¡Deja las lágrimas rodar!.
¿Qué adulto, anciano, niño, puede jactarse de no haber sentido un día
la necesidad de un regazo?.
¿Quién arroja la primera piedra?.
Por más fuertes que seamos, no podemos huir de las tempestades de la vida. Por más fuertes que seamos, no podemos huir de las tempestades de la vida.
Son las decepciones, las pérdidas o simplemente nuestras expectativas no correspondidas las que nos hacen, independientemente de nuestra edad o situación, que nos sintamos lo suficientemente pequeños para necesitar un regazo.
Y no siempre es fácil admitirlo. ¿Los hombres no lloran?. ¡Claro que sí!.
¿Las mujeres lloran con facilidad?. Ellas también se endurecen.
Los niños lloran por cualquier cosa. Todo mundo llora. Por lo menos todo el mundo necesita llorar aunque sea una que otra vez.
Para aliviar el alma, para disminuír el peso del cansancio y de la soledad.
El llanto es siempre una señal de auxilio.
Es una señal que siempre encuentra a un buen samaritano en su camino.
¡Es difícil resistirse a alguien que llora!. Es cuando miramos hacia alguien y lo vemos con los ojos anegados... cuando sentimos que ese alguien necesita un regazo; no siempre de palabras, un regazo, solamente.
Regazo que puede representar un abrazo mudo y apretado, una mirada comprensiva, un apretón de manos...
Nada llega más a nuestra alma que mirar a los ojos de alguien que llora Y nada llega tanto a alguien que llora como sentir la presencia de alguien que lo comprende.
Y en las lágrimas que ruedan, rueda la tristeza, la insatisfacción, el tedio, el dolor, las dudas y los miedos.
El alma queda lavada. Por eso llorar alivia. Por eso llorar da sueño. Cuando despertamos después de haber llorado, nos sentimos más leves, nos sentimos preparados para encarar un nuevo día, una nueva situación. Entonces...
cuando sientas deseos, ¡no te contengas!.
Pide un abrazo, pide un hombro... ¡Deja las lágrimas rodar!.
¡Ser fuerte no significa ser duro o dura!. Ser fuerte es ser capaz de reconocerse frágil ¡y saber que se saldrá adelante!.
Ser fuerte es saber que las mareas pueden ser altas o bajas, pero que a pesar de todo las olas nunca desisten del sueño de besar la arena. y siempre la besan.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Te parece importante reconocer y poder expresar tus emociones, así como reconocer las de los demás y acoger sus sentimientos?, ¿por qué?. ¿Para qué manifestarnos tal como somos, sentimos y pensamos?.
  • ¿Qué expresiones hallamos en nosotros que nos ayudan a expresarnos tal como sentimos?. ¿Qué suele influir mucho en que expresemos esa emotividad o dejemos de hacerlo?.
  • ¿Cómo acoger también esas expresiones de tal manera que los demás se sientan libres, espontáneos, ellos mismos?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para demostrar con más espontaneidad tus sentimientos y favorecer que los demás puedan hacer lo mismo contigo?.

jueves, 17 de septiembre de 2015

El muro y la araña

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían atracarlo. El hombre entró en una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.
Con tal desesperación elevó una plegaria al Creador:
- "Dios Todopoderoso, haz que tus ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercarse a la cueva en la que él se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
- "Señor te pedí ángeles, no una araña."
Y continuó:
- "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme". Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña.
Estaban ya los malhechores entrando en la cueva anterior y el hombre se quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva, ya la arañita había tapado toda la entrada.
Entonces se escuchó esta conversación:
- "Entremos en esta cueva".
- "No. No hace falta. ¡Mira, hay una telaraña!. Es imposible que haya podido entrar en esta cueva porque si lo hubiera hecho hubiera roto la telaraña. Sigamos buscando en las otras".
Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas pequeñas cosas que se pueden volver grandes. A veces pedimos muros para estar seguros, pero Dios en cambio nos pide confianza en Él, para dejar que se manifieste su manera de dar solución a nuestras angustias y haga que algo como una telaraña nos dé la misma protección que una muralla. Si has pedido un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios sabe lo que realmente necesitamos. Confía en Él y Él actuará.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué hubiera sucedido si los perseguidores hubiera hallado el muro de piedras a la entrada de la cueva?.
  • ¿Qué diferencias hallas entre la lógica del hombre perseguido y la de Dios que escuchó su plegaria?. ¿En qué basaba cada cual la seguridad que el hombre perseguido necesitaba?.
  • ¿Obtenemos lo que Dios nos da tal cual se lo pedimos o más bien obtenemos eso pero d emanera bastante diferente a como nos lo imaginamos?. ¿Qué nos enseña esto?.
  • ¿Qué podemos hacer hoy para acrecentar nuestra confianza en Dios y en su sabiduría para dar respuesta a aquello que le pedimos?.

martes, 15 de septiembre de 2015

Promesas

Nuestros diálogos están llenos de promesas y hay ejemplos para todos los lugares, momentos y circunstancias:
- "La semana que viene te devuelvo lo que me prestaste".
- "La próxima vez paso a verte y me estoy contigo más rato".
- "En cuanto acabe esta situacióin me voy a poner las pilas, ya verás".
- "Ya sé que te mentí, no volverá a pasar".
- "Mañana hablamos, yo te llamo".
- "Conmigo nunca tendrás problemas".
- "...".
A veces cumplimos, a veces... eso se queda en una aparente buena intención. ¿Por qué?.
Cuando hablamos buscamos "contentar al otro" más que ser fieles a nosotros mismos; el "quedar bien" lo ponemos por encima del respeto a la otra persona e incluso por encima del respeto a nosotros mismos.
Cuando prometemos lo que sabemos que está completamente en el aire... estamos engañando, creando falsas espectativas.
Cuando decimos una cosa y hacemos otra... aunque sea "sin querer hacer daño" estamos echando por tierra toda credibilidad, estamos siendo incoherentes y desbaratando toda confianza.
...
Cuando hagamos una promesa... cumplámosla y punto. Y si esa promesa es inalcanzable... no la pronunciemos, pensemos antes de prometer la Luna. Vale más decir -si queremos cumplir:
- "Lo intentaré, no puedo prometerlo pero lo intentaré".
Y si no lo queremos cumplir:
- "Entiendo que me pidas eso pero no me veo con capacidad de cumplirlo".
La honestidad va de la mano con la coherencia. No nos engañemos ni engañemos a nadie; hagamos lo que decimos que vamos a hacer... y sin dilación.
Santi Catalán

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿Para qué emitimos promesas que no estamos seguros de cumplir realmente?. ¿Qué pretendemos con ello?.
  • ¿Qué pasa cuando "no prometemos" pero luego "sí hacemos" eso que nos piden o vemos que necesitan?; ¿y al revés?. ¿Qué conclusiones obtenemos al respecto?.
  • ¿Cómo evitar ofrecer promesas falsas o infundadas?. ¿Cómo desarrollar la coherencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones?.
  • ¿A qué te vas a comprometer hoy para ser más coherente, creíble, honesto/a contigo mismo/a y con los demás?.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Fertilizando el campo

El maestro zen encargó al discípulo que cuidase el campo de arroz.
Durante el primer año, el discípulo vigilaba para que nunca faltase el agua necesaria. El arroz creció fuerte y la cosecha fue buena.
El segundo año, él tuvo la idea de añadir un poco de fertilizante. El arroz creció rápidamente y la cosecha fue mayor.
Al tercer año, él colocó más fertilizante. La cosecha fue mayor aun, pero el arroz nació pequeño y sin brillo.
 “Si sigues aumentando la cantidad de abono, no tendrás nada de valor el próximo año – le dijo el maestro. – Fortaleces a alguien cuando lo ayudas un poco, pero debilitas a alguien si lo ayudas mucho o más de lo imprescindible”.
Paulo Coelho

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Por qué crees que el discípulo utilizaba el fertilizante y tendía a abusar de él?, ¿qué pretendía con eso?. ¿Quñe efectos consiguió finalmente?.
  • ¿Qué ocurre cuando suplimos la responsabilidad de alguien haciendo por él lo que él mismo podría hacer solo?. ¿Qué nos enseña esto?.
  • ¿Te sientes excesivamente ayudado/a?, ¿cómo puedes darlo a entender para que eso no acabe perjudicando tu capacidad de autonomía?. ¿Sientes que eres quizás demasiado protector/a?, ¿cómo podrías dejar de serlo?.
  • ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para que los demás sean menos protectores contigo y tú también ayudes pero únicamente en lo imprescindible y así fomentar la autonomía de los demás?.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Un poco de tacto

Una palabra dicha a destiempo, fuera de lugar o dirigida a una persona que no debiera oírla se considera una falta de tacto.
El diccionario define tacto como «habilidad para hablar u obrar con acierto en asuntos delicados o para tratar con personas susceptibles sin ofenderlas; delicadeza; diplomacia».
Delicadeza es «atención, ternura y suavidad en el trato con las personas».
Así pues, hablar con tacto y decir lo que conviene en el momento oportuno no es más que ser sensible a los sentimientos ajenos y dar un toque personal a nuestras comunicaciones con los demás, es decir, reconocer lo que puede resultarles ofensivo y evitarlo.
Una palabra irresponsable: Puede encender discordias.
Una palabra cruel: Puede arruinar una vida.
Una palabra de resentimiento: Puede causar odio.
Una palabra brutal: Puede herir o matar.
Una palabra amable: Puede suavizar las cosas.
Una palabra alegre: Puede iluminar el día.
Una palabra oportuna: Puede aliviar la carga.
Una palabra de amor: Puede curar y dar felicidad.
¿Cómo se aprende a tener más tacto?. Antes que nada, orando.
Ruega a Dios que te ayude a tener más presentes los sentimientos de los demás y cultiva el hábito de orar antes de hablar.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Cómo son tus "palabras"?. ¿De qué depende para que sean constructivas o bien sean destructivas?.
  • ¿Te consideras una persona "con tacto"?. Si así lo crees ¿en qué notas que lo eres?; si a veces no lo eres ¿qué efectos observas a tu alrededor?.
  • ¿Cómo se puede lograr tener "más tacto" al hablar sin dejar de ser sinceros, honestos con uno mismo y con los demás?.
  • ¿Qué puedes hacer hoy para rectificar en expresiones que te parecen de falta de tacto?, ¿y para potenciar esa comunicación con "tacto"?.