miércoles, 30 de noviembre de 2016

Simbología del Adviento

1) El calendario de Adviento.
El uso del calendario familiar de las semanas preparatorias de Navidad es de origen germánico y esta tradición nació —se dice— de la imaginación de un padre de familia que quería canalizar la impaciencia de sus hijos. Les preparaba imágenes religiosas cada mañana para que las adornaran y colocaran.
Con el tiempo y la imaginación creadora de los realizadores, se convirtió en una verdadera catequesis que se generalizó muy pronto. Sea como sea, lo importante es que desde el primer domingo de Adviento hasta el día 25 las ilustraciones y las imágenes se transforman en costumbres.
En casa, en las ventanas y otros sitios aparecía cada día una frase que facilitaba la oración del día. Por ejemplo, el calendario de cualquier año, muy bien editado, unía admirablemente los textos bíblicos con las actividades del día vivido en cada entre padres e hijos.

2) La Corona.
La corona es un símbolo antiguo de múltiples significados. Nuestros antepasados del norte de Europa, que temían como los romanos, que el sol desapareciera para siempre, adornaban sus hogares en el invierno con coronas compuestas de hojas verdes. Las coronas redondas evocaban así al sol y anuncian su retorno. El círculo recuerda que el tiempo de las fiestas nos viene cada año, y de este modo se convirtió en el símbolo de la vida eterna.
Para los cristianos, simboliza que Jesús va a venir y que el Adviento es simplemente la espera de Navidad y de la Vuelta de Cristo.
La costumbre de la corona de Adviento nació en Alemania (siglo XVI) para preparar a los cristianos para la gran fiesta de Navidad que llegaría en cuatro semanas.

3) Las velas.
Su presencia es el símbolo de la luz en la fe cristiana que nos transmite la esperanza de la paz. Antes de la era cristiana era ya fuente de luz y de alegría, de consuelo y solemnidad.
Recientemente un pastor luterano alemán decidió encender cada día una vela dispuesta en círculo para señalar los 24 días que preceden a la Navidad. Esta rueda circular se substituyó por una corona de abeto y las velas se redujeron a cuatro, los cuatro domingos antes de Navidad.
Las velas son rojas para evocar el fuego y la luz. En las coronas de inspiración sueca, las velas son blancas, color de fiesta y pureza. En Austria se eligieron las violetas ya que este color es símbolo de penitencia.
La primera luz es símbolo de del perdón otorgado a Adán y Eva. La segunda es símbolo de la fe de los Patriarcas. La tercera es símbolo de la alegría de David, cuyo origen no morirá nunca. La cuarta es símbolo de la enseñanza de los profetas, que anuncian justicia y paz.

4) La Decoración.
Hay tres elementos que constituyen la base de las decoraciones tradicionales: son la vela, la verdura y los frutos. Según los países, se añaden otros. La verdura es símbolo del poder de la vida. Ante la nieve y el frío, ella simboliza la fe en la inmortalidad.
La utilización de los granos (semillas), frutos y legumbres pone de relieve el poder simbólico de la esperanza en una vida nueva.
Las guirnaldas, que unen la verdura y los frutos, los festones y los arcos, son formas simbólicas. La guirnalda es un adorno que expresa los deseos y las esperanzas. El festón es una guirnalda que se pone en los arcos de las casas. El arco es el símbolo de la protección y del movimiento del sol desde su salida hasta su ocaso.
Y a medida que se acerca la Navidad hay cintas, bolas, dulces y flores. La cinta es el símbolo de la unión. La bola da esplendor a la fiesta. La leña, símbolo del invierno natural, da calor y bienestar. Los pequeños dulces son el símbolo de la prosperidad y las flores lo son de la vida y de la belleza.
El abeto (árbol de Navidad) se coloca la víspera de NAVIDAD. Es símbolo de una nueva vida. Por eso se le adorna con mucha cosas.
Todo esto indica que la Navidad es la fiesta de la luz divina, la que nos transmite la impresión de calor, riqueza, seguridad y fe.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué sabías acerca de la "corona de Adviento"?, ¿en qué te ha ayudado la información de esta entrada para ampliar esa información o comprender mejor el significado de este símbolo del Adviento?.
  • ¿Qué otros elementos simbólicos conoces del Adviento?. ¿Qué significan?. ¿Qué importancia crees que tiene la simbología del Adviento?, ¿para qué existe?.
  • Si no conoces el significado de la simbología de este tiempo litúrgico ¿qué puedes hacer para conocerla y así comprender mucho mejor la forma de celebrar este tiempo?.
  • ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para conocer la simbología del Adviento y para vivir su significado?.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Guardé silencio

Y mi alma se estaba
marchitando por el
tiempo callado.
  
Sentía no poder más
y en una prisión,
guardé el corazón.
  
El miedo y la cobardía
las palabras me robaría,
y por fin grité... Sííí.
  
Me liberé de la agonía
de callar tan solo llorar,
y hoy la soledad tiene alas.
  
Y disfrutaré cada instante
sin remordimientos, porque
la vida no espera y el tiempo pasa.
  
Guardé silencio, una vida
y hoy sólo vivo, y me
liberé de más sonrisas.


Autora: Mgabrielportilla DRMexico

sábado, 26 de noviembre de 2016

Los sueños sueños son

Anoche he vuelto a soñar,
había un gran resplandor.
¿Podría haber sido su mirar
la causa de esa sensación?

He llorado de emoción,
pues he revivido ese amor,
el que me llenó de ilusión
pintando mi vida de luz y color.

Me he sentido en sus brazos
como cuando estaba desvalida
y sintiendo el tacto de sus manos
he vuelto a ser frágil avecilla.

Y lo he visto en mi sueño
y no quería de él despertar,
allí seguía siendo mi dueño,
allí, de nuevo me volvió a amar.

Pero los sueños, sueños son
y  mi vida debe continuar,
lo guardaré en mi corazón
como un brillante sin tallar.

Isabel San José Mellado - España
ISBN: 978-84-16439-14-0
Libro: ISABEL Un canto al amor y al desamor
R.I. 16/2016/4023



jueves, 24 de noviembre de 2016

Un momento

Me tomé un momento
que se hizo infinito, 
para describir el sentimiento.

Este sentimiento 
que dice lo que siento, 
lo que guardo en corazón.

Mi corazón que te siente 
que te abraza en esta soledad, 
en un mundo para amar.

Amar y soñar qué tú estás
que te amo por la eternidad, 
que este amor jamás terminará.

Porque bastará un instante 
en que te pueda mirar, 
en esos ojos de miel.

Para saber que nos pertenece 
el alma del otro, porque ellas
de la mano caminan.

Mientras tanto mi cuerpo
te espera, mis labios sedientos 
y mi alma te acompañan.

Autora: Mgabrielportilla DRMexico

martes, 22 de noviembre de 2016

Escrito estará en el Cielo

Hace tiempo comprendió,
lo que es amar de verdad,
poco duró, un instante pareció
aquella sublime felicidad.

Escrito estará en el Cielo
con pluma y tinta de sangre,
lo que lloró en sus desvelos
al ver marchar a ese hombre.

Hace tiempo entendió
que cuando se ama de verdad,
por mucho que duela el alma,
que otorgarle hay la libertad.

Duro y triste fue contemplar,
que el amor que ella creía
haber conquistado para siempre,
poco a poco se desvanecía.

Comprendió que perder un amor,
si con el alma lo has querido,
es caminar con  pena y dolor,
hasta el final del duro camino.

Isabel San José Mellado - España
ISBN: 978-84-16439-14-0
Libro: ISABEL Un canto al amor y al desamor

domingo, 20 de noviembre de 2016

¡Sé valiente!

Un poco de maquillaje,
unas gotas de colirio
y nadie notará el ultraje
ni el dolor de su martirio.
 
Vestido de suave seda
para salir sola a la calle,
en casa queda la pena,
¿qué le importará a nadie?.
 
Sonrisa de lado a lado
aunque llore su alma,
un corazón magullado
que nunca tendrá calma.
 
Ahogando los gemidos
bajo manos lacerantes,
y sus ojos malheridos
mirándole suplicantes.
 
Sumisa le entrega amor,
confía en que se calme,
así no habrá más dolor
ni derramar de sangre.
 
¡Basta ya, bella mujer!,
lanza tu miedo al mar
y no vuelvas a proteger
al ser que te hace llorar.
 
¡Sé valiente!, eres mujer
hermosa y respetable,
y él es una serpiente,
vil, canalla y miserable.

Autora: Isabel San José Mellado
Derechos de autor – España

viernes, 18 de noviembre de 2016

Y entonces...

Llegaste
te posaste en mi ser
y de nuevo la luz vi nacer.

Y entonces conocí otro mundo
a través de tu mirada
y un nuevo amanecer yo deseaba.

Llegaste de la nada
y tus lindas palabras
me hicieron renacer
y en el amor creer.

Y entonces te amé
hasta perderme en tus ojos
y ahí me perdí una y mil veces.

Llegaste y llenaste mis vacíos
y en ti vi lo prohibido
y aun así te entregué mi ser.

Y entonces desperté,
era un sueño de amor
matando mi corazón.

 D.R.Autor. MGabrielportilla Mexico

                                                                                                      
No todos los sueños suelen tener un final feliz. Pero lo que es cierto es que la felicidad somos cada uno con lo que hacemos y sentimos.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Año cristiano

Año litúrgico, también denominado ciclo litúrgico, año cristiano o año del Señor, es el nombre que recibe la organización de los diversos tiempos y solemnidades durante el año en las Iglesias cristianas, como forma de celebrar la historia de la Salvación.
Enmarcados en el año litúrgico, se celebran distintos tiempos litúrgicos con los cuales se relacionan los pasajes de las Sagradas Escrituras que se proclaman en los actos de culto, las diferentes oraciones que se rezan, como así también los colores litúrgicos utilizados en la vestimenta del celebrante. Si bien las fechas de las celebraciones varían un poco entre las diferentes Iglesias cristianas, la secuencia y lógica utilizada para su planificación son en esencia las mismas. Tanto en Oriente como en Occidente, las fechas de muchas celebraciones varían de año en año, por lo general en línea con la modificación de la fecha de la Pascua (asociada en el cristianismo con la resurrección de Jesús y considerada la celebración central de la cristiandad) a la cual se asocia buena parte de las celebraciones móviles. En el concilio de Nicea I (325), todas las Iglesias acordaron la celebración de la Pascua cristiana el domingo siguiente al plenilunio (14 de Nisán) después del equinoccio de primavera. La reforma del calendario de Occidente por parte del papa Gregorio XIII (1582), con la introducción del calendario gregoriano en reemplazo del calendario juliano, produjo un desfase de varios días en la celebración de la Pascua respecto del calendario litúrgico oriental. En el presente, las Iglesias de Occidente y de Oriente buscan un nuevo acuerdo que posibilite unificar la celebración de la Pascua y conduzca progresivamente hacia la constitución de un calendario litúrgico común.
Otra diferencia entre los calendarios litúrgicos radica en el grado de participación que se otorga a las festividades asociadas a los santos. Las Iglesias católica, ortodoxa y anglicana presentan calendarios litúrgicos con una participación importante de celebraciones en honor de la Virgen María y de otros santos, lo que no se verifica en igual medida en los calendarios de las Iglesias protestantes.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué sabías hasta la fecha sobre el "año litúrgico" o "año cristiano"?.
  • ¿Para qué existe?, ¿cuál es la finalidad de celebrar este "año" entre los cristianos?.
  • ¿Cómo celebrarlo, cómo vivirlo en familia para que pueda ser un gran bien para adultos y pequeños?.
  • ¿A qué puedes comprometerte hoy para conocer el "año del Señor" y empezar a vivirlo conforme más conveniente te parezca?.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Amor mío

Un amanecer contigo
amor mío
es como un suspiro.

Es tocar cada estrella
como decirte
que por ti la vida es bella.

Un amanecer contigo
es nadar en la mar
para amar y navegar.

Es cuestionar al tiempo
por oponerse al momento.

Esperar un silencio
en el gemido del amor
cuando llorar no puedo yo.

Es decir
que eres lo Prohibido,
pero más que prometido.

Eres lo mío
eso que todos esperan
y nadie deja.

Quiero un amanecer contigo
por mucho tiempo
porque tú, sólo tú, el amor mío.

Autora: Mgabrielportilla Mexico Hector R.

                                                                        
Cuando el amor nos llena, nada nos hace daño, tan sólo sonreímos al enemigo cual amigo.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Dignidad

Embriagado está mi corazón
y no de cariño  ni de amor,
sino de sufrimiento y dolor
por un silencio  sin explicación.
 
Angustia siento al pensar
que ya no estaré a su lado,
para su sudor poder secar
o con dulzura  abrazarlo.
 
Siento nostalgia de sus besos,
de su brazos y caricias,
de sus palabras de amor
y de su mirada, ¡la codicia!.
 
Quisiera de rodillas rogarle
pero eso solo se hace ante Dios
y aunque no deje de  adorarle,
sé, que esto, es un triste adiós.
 
No sé si se llamará orgullo
o  su nombre sea dignidad
y aunque mi corazón sea suyo,
nunca sabrá mi triste verdad.

(Autora:
Isabel San José)



jueves, 10 de noviembre de 2016

Mírame de frente

No des largas al amor
y mírame de frente,
causa un gran dolor,
ver que estás ausente.
  
Dime que nada sientes,
no tengas piedad,
es mejor cruzar el puente
que encubrir la verdad.
  
Esconde ya las armas,
deja de caminar a mi lado,
no necesito limosnas,
de un amor ya gastado.
  
No sigas torturándote,
enfréntate a la realidad,
esta situación es delirante,
atrás quedó la felicidad.
  
No alargues la decisión
y mírame de frente,
la rutina mató la pasión,
no te hagas más el inocente.
  
Hay que volver a la vida,
surgirá de nuevo el amor,
pero mírame de frente
y dime adiós con valor.

Autora: Isabel San José

martes, 8 de noviembre de 2016

Llueve

En este frío
que queda después
de que llueve en el corazón.
  
Ya no hay latidos
que traigan el calor,
la lluvia inunda el alma
  
Perdida la calma
y llueve, llueve en
la mirada
  
Gotas que matan
en la inundación
mojando cada paso que doy.
  
Entre charcos de dolor,
quiero que llegue el olvido
a este amor.
  
Pero ¡cómo apago
el faro de luz,
si es lo que me guía hoy!.
  
Llueve, llueve y sigue
lloviendo, no puedo
mirar sin lágrimas derramar.
  
Este es el cauce
que se convierte,
en desamor.
  
Vida mía, abrázame
que morir no quiero
yo........

Autora: Mgabrielportilla DRMexico

domingo, 6 de noviembre de 2016

La hora maldita

Observaba el reloj, viendo pasar los segundos, los minutos, las horas; las manecillas iban caminando lentamente como lo hacía su alma, como lo había hecho toda su vida, niñeando con sus años, hoy barro ensuciando el vestido y un castigo, mañana hinojos y un caramelo; una canica, un guá, rodilla en la tierra para ajustar el golpe de bola, primera, segunda, pié, tute y guá, una goma entre dos niñas para saltar pasando de lado a lado sin rozar la goma; tal vez mañana me saque la comba para saltar a los dubles le decía a su amiga o simplemente jugaremos al escondite inglés, o la baraja de familias.
¿Qué más daba?. Sólo importaba juntarse con sus congéneres, niños de barrio hijos de padres trabajadores como lo eran los suyos; lo mismo jugaba con muñecas que guerreros, caballos del oeste que con el tejo a la muñeca o a llevarse cromos de las cajas de cerillas, o simplemente al rescate, lo importante era compartir sus infancias en la calle, bajo el sol en el frío invierno, en la sombra al atardecer del verano, en otoño o primavera; cualquier excusa era buena para salir a la calle, no sin antes haber merendado y terminado los deberes.
Gritos ahogados entre almohadas, silencios infantiles que desaparecían al llegar la alborada, una lágrima surcando su mejilla, hoy iría a la escuela como cada mañana, limpia por fuera y bien aseada como todas las compañeras de colegio, su pelo bien recogido y con su bocadillo en la cartera para tomarlo en el recreo, o bien compartirlo con alguna amiga, era vida cotidiana de edad temprana donde no cabía el rencor ni la envidia, donde lo importante era crecer, estudiar para que el día de mañana fuese una auténtica mujer, trabajadora, madre…, pero ante todo lo importante era ser una educada y buena persona. Pero por dentro ella no se sentía inmaculada, no se sentía feliz ni buena persona, algo desde hacía tiempo le había desgarrado el alma, algo que nadie sabría nunca porque ella lo callaba, ella lo guardaba en su corazón para que nadie la señalara.
Sentada en su sillita, sonrisa entre lágrimas, observando el  reloj, viendo como pasaba el tiempo; mismo intervalo cada veinticuatro horas; ese reloj que marcó en su vida tantos momentos de su niñez, de su infancia, de su adolescencia, de su juventud, el que le indicaba el tiempo para irse a dormir, para ir al colegio, para ir al trabajo, marcando los cuartos, las  medias, tic, tac, tic, tac; sin pedir nada a cambio solo un poco de cuerda al terminar el día, colgado en esa solitaria pared donde ella se recostaba silenciosa deseando que pasara el tiempo más deprisa, contándole con el corazón hecho pedazos los acontecimientos del día que había terminado y rogándole que caminara deprisa para que cuando llegase la noche la encontrara ya dormida, esperando un feliz amanecer, pidiéndole que no volviese a ser sometida a algo que la hacía cada vez sentirme más pequeña, incluso a hacerle desear que no volviese a despertar nunca más.
Solo él era sabedor de sus historias, cual fiel amiga o amigo, de esas historias tristes que cada día se sucedían en la más oscura soledad, eran su dolor y amargura lo que ella le contaba;¿a quién le importaría que una mocosa niña tuviese historias que perturbaran su mente, que ensuciaran su alma, que provocasen lágrimas de impotencia o que se mordiese los labios cuando al cerrar los ojos por la noche para dormir le invadiesen esos momentos de extrema amargura y asco?.  Sentimientos que una niña era incapaz de mostrar al exterior por que no sabía que era lo que estaba sucediendo.
Si para eso había llegado al mundo mejor era dejarlo, morir era su mejor salida, pero su reloj, su amado reloj, con su tic, tac, tic, tac, la sacaba de ese pozo donde cada día caía o tal vez donde le gustaba esconderse para que nadie la encontrase, para que nadie viese reflejado en su cara el sufrimiento que la roía por dentro y para que ese vil y maloliente monstruo no la encontrase y así no pudiese tocarla ni mancillarla una vez más.
Tic, tac, tic, tac por fin la hora de encontrarse con sus amigas de barrio, hora de compartir juegos, bromas o cromos de la colección de moda, pero ese día el reloj quedó mudo, ese día ella no podría salir a la calle, a pesar de la insistencia y ruegos  de su amiga, ella se tendría que quedar en casa, aun habiendo terminado sus deberes, a pesar de haber merendado y de haber recogido su escritorio como estaba mandado, pero no, no saldría, era la hora maldita, se había adelantado, esa horrible hora donde otra vez sería sometida a los deseos de ese ser, de ese aberrante ser que era su padre, entonces se recostaba en esa pared mirando clemente a su reloj para que caminase rápido, para que acelerara los segundos; todo debería terminar pronto y si se daba un poco de prisa al asearse para quitarse esa mugrosa suciedad que convertía su niñez en un despreciable trapo, podría salir a compartir los juegos infantiles que tanto le gustaban, su amiga la esperaría como tantas tardes al compás de la cuerda, cantando “ese oso está rabioso, sopa de arroz, pimiento, pimentón, azúcar y turrón, que pica, que arde…” y tal vez ese tarde aunque fuese solo por un par de horas pudiese conjugar el verbo sonreír en vez del verbo llorar y volar, volar entre las nubes como lo hacían esas niñas y compañeras de escuela, niñas que crecían felices, que reían y cantaban como era lo propio de su edad y, que ella a pesar de vivir lo que estaba viviendo,a pesar de sentirse tan sucia, nunca perdía la esperanza de poder ser feliz igual que ellas,aunque fuese  solo por unos pocos minutos y salir de aquel entorno, de aquella condena que le estaba tocando cumplir en aquella cárcel que era su propio hogar.
Fue creciendo, entre deseos enterrados, angustias calladas y muy pequeños momentos felices junto a su amiga, momentos que quedaron grabados en su alma y de los que nunca se desprendió.  Su reloj ahí estaba, parecía no envejecer, su maquinaria le era fiel, sus segundos, minutos y horas nunca habían sufrido el más mínimo retraso, al igual que él seguía siendo el fiel confidente de sus lamentos, de sus penurias y también de esas escasas pero inolvidables alegrías, porque todo se lo contaba, dando calor con su espalda a esa pared que tantas veces la cobijó, que tantas veces consoló a su pequeña y sangrante alma. Lo amaba, lo adoraba era su íntimo amigo, el único que comprendía sus silencios, el único que la hacía feliz, el único que era capaz de escucharla hasta la saciedad sin un solo reproche, el único que era capaz de sacarla de esos momentos de doloroso oscurantismo, el único que no se rasgaba las vestiduras ante tanto dolor comprendiendo en cada momento su estado de ánimo.
Pero todo tiene un final y aquello debería terminar, había pasado el tiempo y  ya era mayor , no debía y tampoco quería seguir permitiendo aquello, los años le habían dado fuerza y coraje, sobre todo desde aquél día que dejó de funcionar, se paró, no pudo salvarlo, se hizo viejo y ya no le marcaría las horas, entonces comprendió que debía sacar los miedos, que debía dar luz a sus sentimientos, tenía la obligación de desenmascarar a la bestia y ese fue el detonante que la hizo abrir los ojos, no fue fácil tener que desprenderse de su reloj, aquello le hizo abrir su alma para liberar esa angustia que la había ido royendo durante tantos años lacerando su corazón, perder a su confidente fue más doloroso incluso que la reacción que mostró su madre al culparla de todo delito el día que supo o tal vez, el día que ella le contó todo lo que ese monstruo llamado padre le estaba haciendo, a pesar de preguntarse después de aquél  momento si su madre le había estado siguiendo el juego a la bestia.
Ver desmontar ese reloj de la pared acabó con todo, le hizo enfrentarse a la realidad, enfrentarse a sus propios miedos y acabar con una vida no deseada, con una vida que jamás debía haber vivido y que, lejos de haberla marcado negativamente para siempre, la enriqueció como persona y mujer a pesar de que todavía sigue sintiendo en su corazón las lágrimas de aquél reloj cuando su tic, tac, le marcaba la hora maldita.
Autora: Isabel San José
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿A qué hora se refiere la autora cuando dice "La hora maldita"?. ¿A qué se está refiriendo?.
  • Si alguna vez te has sentido mancillado/a ¿cómo describirías esa experiencia?. Y si afortunadamente no ha sido así ¿cómo crees que pueden sentirse quienes han sufrido tal cosa?.
  • ¿Cómo reaccionarías si te enterases de que un familiar o alguien conocido está sufriendo acoso sexual?.
  • Si acaso piensas que la sociedad no responde adecuadamente ante el acoso sexual a los menores ¿qué tendría que hacer para dar la respuesta necesaria?.
  • Si acaso ya está respondiendo adecuadamente ¿cómo podríamos contribuir nosotros a reforzar esas medidas?.
  • ¿Qué le dirías a alguien que esté sufriendo acoso sexual?.