Cuando el conflicto de Vietnam surgió, el
hijo fue a la guerra. Fue muy valiente y murió en una batalla mientras rescataba
a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de
su único hijo. Un mes más tarde, justo antes de la Navidad, alguien tocó a la
puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos le dijo al padre:
- “Señor,
usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. El
salvó muchas vidas ese día, y me estaba llevando a un lugar seguro cuando una
bala le atravesó el pecho, muriendo así instantáneamente. El hablaba muy a
menudo de usted y de su amor por el arte.”
El muchacho extendió el paquete:
- “Yo sé que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le
hubiera gustado que usted recibiera esto.”
El padre abrió el paquete. Era un retrato
de su hijo pintado por el joven soldado. Contempló con profunda admiración
la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la
pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo
que los suyos propios se inundaron de lágrimas. Le agradeció al joven soldado y ofreció
pagarle por el cuadro.
- “ Oh no señor, yo nunca podría pagarle lo
que su hijo hizo por mí. Es un regalo.”
El padre colgó el retrato arriba de la
repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su
casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.
El hombre murió unos meses más tarde y se
anunció una subasta para todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante
y de influencia acudió con grandes expectativas de hacerse con un famoso cuadro
de la colección.
Sobre la plataforma estaba el retrato del
hijo. El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta.
- “Empezaremos
los remates con este retrato de el hijo. ¿Quién ofrece por este retrato?”.
Hubo
un gran silencio. Entonces una voz del fondo de la habitación gritó:
- “¡Queremos
ver las pinturas famosas!. ¡Olvídese de ésta!”.
Sin embargo el subastador
persistió:
- "¡Alguien ofrece algo por esta pintura?, ¿$100.00 dólares?, ¿$200.00
dólares?”
Otra voz gritó con enojo:
- “¡No venimos por
ésta pintura!. Venimos a ver los Van Goghs, los Rembrants. ¡Vamos a las ofertas
de verdad!”
Pero aun así el subastador continuaba su
labor:
- “¡El Hijo! ¡El Hijo! ¡¿Quién se lleva El Hijo?!".
Finalmente, una voz se oyó desde muy atrás
del cuarto:
- “¡Yo doy diez dólares por la pintura!”. Era el viejo jardinero del
padre y del hijo, siendo éste muy pobre, era lo único que podía ofrecer.
- “¡Tenemos $10 dólares!, ¡¿Quién da $20?!”
gritó el subastador.
- “¡Dásela por $10!. ¡Muéstranos de una vez
las obras maestras!” dijo otro exasperado.
- “¡$10 dólares es la oferta!. ¡¿Dará alguien
$20?!. ¿Alguien da $20?.”
La multitud se estaba poniendo bien
enojada. No querían la pintura de El Hijo. Querían las que representaban una
valiosa inversión para sus propias colecciones. El subastador golpeó por fin el
mazo:
- “Va una, van dos, ¡VENDIDA por $10 dólares!”.
Un hombre que estaba sentado en segunda
fila gritó feliz:
- “¡Ahora empecemos con la colección!”.
El subastador soltó su mazo y dijo:
- “Lo
siento mucho damas y caballeros, pero la subasta llegó a su final.”
- “Pero, ¿qué de las pinturas?”.
- “Lo siento. Cuando me llamaron para
conducir esta subasta, se me dijo de un secreto estipulado en el testamento del
dueño. Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso
momento. Solamente la pintura de EL HIJO sería subastada. Aquél que la comprara
heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las
famosas pinturas. ¡El hombre que compró EL HIJO se queda con todo!."
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Por qué ese cuadro tenía tanto valor para el difunto padre del hijo que murió en la guerra?. ¿Quién fue el único capaz de descubrir ese valor?. ¿Por qué la demás gente no?.
- ¿Vemos en el mundo tal amor por los hijos que sea capaz de poner TODO por debajo de ese amor?. Pon ejemplos positivos al respecto que conozcas.
- "Vale más una gota de sangre que mil ríos de agua", dice un refrán. ¿Qué puede significar eso en las relaciones familiares?, ¿qué consecuencias tiene decir: "tengo un hijo, una hija"?,... o desde la perspectiva del hijo o hija decir "papá, mamá"?.
- ¿A qué te comprometes hoy con tus propios hijos, con el resto de tu familia, para demostrarles que les pones por encima de todo y que nada vale si no es con ellos?.
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