Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados todos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados serán todos ustedes cuando les injurien y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa.
Alégrense y regocígense porque su recompensa será grande en los cielos.
(Mt. 5,1-12)
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿A quiénes llama "dichosos" (bienaventurados) Jesús?, ¿qué diferencias hay entre la felicidad que promete Jesús y la que promete la fama, el poder del dinero o de la política?.
- ¿Se puede ser feliz aún a pesar de no tener nada, de no tener influencias o poder social o económico?, ¿se puede ser feliz amando a los enemigos?. ¿Por qué?, ¿cómo puede conseguirse esa felicidad?.
- Jesús tenía en cuenta que "en su época eran menospreciados todos aquéllos que sufrían la pobreza, el hambre, la enfermedad,... y eran rechazados por el resto de la sociedad porque consideraban que si tenían esos males era por castigo de Dios; Jesús -encarnación de Dios mismo- les viene a decir que ellos son tan hijos de Dios como cualquiera y que Dios no abandona jamás a nadie, menos aún al que sufre". ¿Qué nos está diciendo Jesús a nosotras en nuestra actual situación según este anuncio?.
- ¿Qué actitudes crees necesario desarrollar en ti para poder ser feliz, vivir la verdadera felicidad, aún a pesar de todas las limitaciones?. ¿A qué te comprometes hoy mismo y aquí para llevarlas a la práctica?.
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