Con frío… es porque tú tienes para ofrecerle calor.
Si alguien se acerca con
alegría... es porque tú tienes siempre una sonrisa para ofrecer.
Si vierte ante ti sus lágrimas... es
porque de ti espera el consuelo.
Si te ofrece sus versos... es porque
tú tienes la música.
Si te confía su sufrimiento... porque de ti espera un remedio.
Si llega con sus confidencias... porque
en ti busca la escucha.
Si con hambre... es porque
puedes proporcionarle alimento.
Con besos... porque tú eres
la dulzura.
Si te confía sus dudas... es porque tú le marcas el camino.
Con orquestas... porque tú eres la
fiesta.
Con desánimo... es porque tú sabes
ser un estímulo.
Con fantasía... es porque tú sabes la
realidad.
Con desesperación... porque en ti encuentra una razón válida.
Con entusiasmo... porque no duda de que
vas a vibrar con sus esperanzas.
Cuando te confía un secreto... es porque
tiene segura tu complicidad.
Cuando alguien se acerca a ti inquieto...
es porque tú sabes infundirle serenidad.
Cuando deposita en ti su confianza... es porque encuentra en ti su
fuerza.
Cuando te confiesa sus miedos... es
porque tú eres seguridad.
Nadie llega a ti por casualidad. Todo
encuentro es un proyecto de Dios.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué es lo que nos lleva a confiar en alguien?, ¿qué es necesario para que pueda desarrollarse la confianza entre dos personas?.
- ¿Puede desarrollarse una relación de ayuda entre personas que nunca están disponibles unas para las otras?. ¿Cuándo, pues, puede darse la confianza de que "el otro o la otra persona" nos pueda ayudar?.
- ¿Hay alguien que no tenga cualidades que den luz a los demás?, ¿valoras las tuyas?, ¿las compartes?, ¿en qué notas que las demás personas las perciben y valoran?.
- ¿Cómo puedes hoy y en este lugar crecer en disponibilidad para las demás personas?, ¿qué vas a hacer en concreto para crecer en ello?.
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