Cada día, aquel viejo sabio salía a caminar
tranquilamente.
Sus discípulos eran escasos, porque él no era
muy hablador. Conversaban ellos, y él se contentaba con una
ligera inclinación de cabeza o con una reflexión aquí y allá. Enseñaba
más con sus actos que con sus palabras. A ellos les correspondía
averiguar el significado de dichos actos.
A veces le llamaban el "sabio loco" por su manera de desconcertar a sus estudiantes.
A veces le llamaban el "sabio loco" por su manera de desconcertar a sus estudiantes.
Un día, uno de ellos le preguntó:
-¿Puedo hablar contigo?.
-¿Puedo hablar contigo?.
-Por supuesto. Te espero mañana por la mañana en
el ciruelo a la salida del sol.
A la hora convenida, el estudiante acudió a
la cita. El sabio no estaba al pie del árbol. El tiempo pasó y pasó. Por fin, el
joven se fue, decepcionado.
Al día siguiente, cuando volvió a ver al
sabio, le reclamó:
-¿Dónde estabas?. No te vi bajo el ciruelo.
-Estaba en el árbol. ¿Por qué no miraste
arriba?. Ya te lo dije muy claro: «En el ciruelo». Escucha lo que
te dicen y aprende a observar a tu alrededor. No te quedes con lo
que parece obvio.
(Extraído del libro «LOS SABIOS DE LA TÚNICA COLOR CIRUELA», de FUN-CHANG)
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Serías capaz de beberte "un vaso de agua"?, ¿cómo lo harías?. Si te pregunto "cómo te llamas" ¿qué contestarías?.
- Podría parecer esto sólo "un juego de palabras" pero... ¿es cierto que "ponemos poca atención" a lo que nos dicen?, ¿por qué a veces nos resulta difícil "sabe escuchar" y entender lo que realmente nos quieren decir?.
- Intenta recordar una anécdota vivida por ti misma u observada en otras personas en la que "se desbarató un plan, una cita, por no haber sabido "escuchar" bien, por no haber tenido en cuenta todos los detalles. ¿Qué conclusiones prácticas obtienes para el día de hoy?.
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