Hasta las letras se suicidan,
el verso está preso
y la eternidad duele
cual su nombre.
hasta el látigo del desamor
que de negro y dolor se vistió hoy.
No me digas que todo esto es terquedad,
mira que rompieron el alma
y no hay amor que dé la vida.
Hoy sola ella está,
perdida en pura poesía
y nos dejó al viento
como barco a la deriva.
No hay nada que cure la herida...
Mgabriel Portilla MÉXICO
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