aún latía en su alma.
¿Saben algo?: él era
un alma errante,
pero con ella
era un sol radiante.
Él limpió las lágrimas
que aquella frase hería.
Él sabía
que se referían a ella
como lo peor,
pero ella sólo se enamoró.
Ella sabía que él
era tiempo, era pasión,
era eso que tanto anhelaba
y que jamás pidió,
pero él era el mejor.
Ella simplemente
se dejó llevar
y aún sabe
que no es posible amar más.
Sin promesas,
ella siempre lo amará.
Ella sabe que es especial
y en medio de toda calma,
siempre lo amará…
Hoy vive
simplemente la ilusión
y se sabe querida
en ese sueño de amor.
MGabriel Portilla
Libélula Literaria
Tulancingo Hidalgo México
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