¡Qué bonito! es saber
que siempre existen
razones para sonreír,
llenarnos de fuerza y seguir.
Me pregunto
cuántas veces
el alma puede morir,
cuántas veces
puede ser herida
y sonreír no importa ya;
quizás todo es una quimera
pero al final siempre existe la fe
de que al despertar
todo sea un pesadilla
o la realidad de un sueño.
MGabriel Portilla
Tulancingo Hidalgo, México
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