Uno
de los primeros interrogantes que plantea este tema es “¿qué entendemos por
espiritual?”. En muchas lenguas la palabra “espíritu” significa literalmente
“aire”, por ejemplo, en latín spiritus, en griego pneuma, en hebreo ruáh, âtman
en sánscrito, ruh en árabe, etc. ¿Es entonces, y atendiendo a su etimología, lo
espiritual algo vacuo, es decir, falto de contenido, vacío?. En muchas
mentalidades sí. No son pocos los que identifican “lo espiritual” con una
pérdida de tiempo o con la carencia del realismo necesario para afrontar de
forma práctica las cuestiones de la vida. Otros entienden por espiritual algo
intangible como el aire, por lo tanto, inaprensible y, finalmente inasequible
para el común de las personas.
Sin
embargo, desde una antropología cristiana, afirmamos que el ser humano, hombre
y mujer, porta en sí una dimensión a la que llamamos espiritual, es más, los
cristianos creemos en un Dios que es Padre/Madre, Hijo y Espíritu, aludiendo a
la dimensión pneumatológica de la fe. De Dios afirmamos que es trascendente,
pero también decimos que es inmanente. Un Dios misterio que paradójicamente se
manifiesta en la carne de Jesús de Nazaret.
Por
ello, lo espiritual o el espíritu en el cristianismo no hace referencia a algo
vacío de contenido o a algo intangible. A partir de la experiencia de
Pentecostés, el cristiano acoge el pneuma, la ruáh como la presencia del mismo
Dios en el interior de los corazones, presencia que capacita para la
comprensión del Misterio de Dios de forma íntima y que genera un impulso que
transforma esa experiencia interior en implicación social. En clave cristiana
es el don del Espíritu el que unifica la dimensión interior y la exterior. Nada
más práctico, pues, para un seguidor de Jesús que la vida espiritual.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué te llama la atención de este texto?. ¿Qué términos o palabras te resultan difíciles de entender?.
- ¿Por qué razón la realidad de que somos espíritu nos capacita para comprender el Misterio de Dios aunque sea de manera íntima?, ¿por qué nos impulsa también a traducir esa experiencia en compromiso social?.
- Según esto ¿cómo definirías una vida auténticamente cristiana?. ¿Qué cualidades o características tiene que tener necesariamente?.
- ¿Qué puedes hacer hoy para acercarte a ese modelo de vida cristiana que tú mismo has podido describir en tu reflexión?.
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