Si no hay
complementariedad no hay pareja. Por eso a la complementariedad la llamamos
"ser de pareja", lo esencial, el hueso de la pareja. Podéis llamarla
si queréis "amor complementario" siempre que tengáis en cuenta que la
palabra "amor" está hoy devaluada y se aplica tanto al amor verdadero
como a sus contrarios (egoísmo y dominación). Hay muchos tipos de relaciones
afectivas (amistad, parentesco, ayuda, educación, afinidad profunda y misión).
Algunos de estos amores convergen en la relación de pareja. Pero lo que
distingue el "amor de pareja" es la complementariedad.
A veces se confunde el
amor con la atracción física (es una belleza, tiene un cuerpazo, es muy
sexy...) o con la atracción sensible (es melosa, besucona, elegante,
refinada...) o con la atracción intelectual (es inteligente, culta, coincidimos
en ideas...) o con la atracción social (es médico, tiene dinero, pertenece a la
clase alta...). Todas estas atracciones pueden existir en la pareja, no son
malas, pero sí insuficientes. Lo esencial es el "amor de pareja" o
complementariedad, que se basa en el descubrimiento profundo del otro, que nos
llena de admiración y nos atrae porque nos completa y dinamiza.
La complementariedad se
compone de: unas igualdades y unas diferencias.
Pongamos el ejemplo de
un engranaje. No puede funcionar un piñón de plástico sobre otro de hierro.
Para que el engranaje funcione sin romperse tienen que darse igualdades: el
mismo material y la misma forma. Pero son las diferencias las que hacen que un
piñón mueva al otro: los relieves de uno tienen que encajar exactamente en las
hendiduras del otro (y no pienses ahora en el sexo, pillín). Si queremos hacer
girar un disco liso contra otro igual, patinarán, se recalentarán, no hay
transmisión recíproca de fuerza, sólo fricción y desgaste. La complementariedad
unirá ajustadamente y hará posible que ambos giren simultáneamente,
acompasadamente, suavemente, sin fricciones. La fuerza de uno y otro se
complementa, se transmite mutuamente, se multiplica.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué destacarías de este fragmento de artículo cuyo autor es Jairo del Agua?. ¿Qué reflexión te haces al respecto?.
- ¿Qué actitudes crees necesarias para que pueda darse verdadera complementariedad, no sólo en una pareja sino también entre personas que forman un grupo?.
- ¿Hay complementariedad en tus relaciones humanas más cercanas?, ¿cómo la estás desarrollando?.
- ¿Qué te propones llevar a la práctica hoy para mostrarte más complementario/a con quienes convives?.
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