"Ustedes son la sal
de la tierra". Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará?. Ya no sirve
para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
"Ustedes son la luz
del mundo". No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
Ni tampoco se enciende
una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que
alumbre a todos los que están en la casa.
Brille así vuestra luz
delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a
vuestro Padre que está en los cielos.
(Mt. 5,13-16)
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- En tiempos de Jesús se empleaba la sal no sólo para sazonar los alimentos sino para combatir el calor, por eso -cuando ésta se volvía sosa... era botada al camino-. ¿Qué sucede cuando perdemos nuestra propia identidad, cuando ya no reflejamos quienes decimos que somos?.
- ¿Te sientes avergonzado/a de quien y como eres?. Si es algo negativo, algo que te hace daño a ti o a los demás ¿qué puedes hacer para cambiarlo?. Si no es nada negativo sino que simplemente forma parte de ti, tu fe por ejemplo, ¿qué motivo hallas por el que debas esconder o evitar que los demás sepan de esa parte de tu identidad?.
- ¿Para qué es importante ser coherentes con nuestra propia fe si además ésta -la cristiana- plantea el AMOR para con toda persona como norma básica en toda conducta, actitud y hechos cotidianos?.
- ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para ser como esa sal y esa luz de las cuales nos hablan estas dos parábolas de Jesús?.
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