- "Vengan, benditos de mi padre, reciban la herencia del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber; era forastero y me acogieron; estaba desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme".
Entonces los justos le responderán:
- "Señor, ¿cuándo le vimos hambriento y le dimos de comer, o sediento y le dimos de beber?. ¿Cuándo le vimos forastero y le acogimos o desnudo y le vestimos?. ¿Cuándo le vimos enfermo o en la cárcel y le asistimos?".
Y el rey les dirá:
- "En verdad les digo que cuanto ustedes hicieron a cada uno de estos hermanos míos cualquiera de esas cosas, conmigo lo hicieron".
(Mt. 25, 31-45).
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:- Leyendo la cita bíblica completa hallaremos esta parábola en toda su expresión; aquí sólo citamos el núcleo esencial. ¿Quiénes son hoy esas personas o colectivos de los que habla Jesús en la parábola?.
- ¿Qué enseñanza descubrimos en esta parábola?, ¿a qué conclusiones llegamos?. ¿Hay en tu lugar de residencia personas que se hallen en estas situaciones de desamparo?, ¿conoces instituciones o entidades que trabajen en bien de estas personas?, ¿qué hacen concretamente?.
- ¿Cómo podríamos colaborar con esas entidades para apoyar su trabajo en favor de las personas más desfavorecidas?.
- ¿A qué te comprometes, personalmente, para asistir a las personas en situación de gran necesidad y así llevar a la práctica el mensaje de esta parábola?.
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