La disponibilidad,
es similar a la disposición, pero
más que tratarse con uno mismo, es para con otras personas.
Usualmente, debemos
estar disponibles para nuestros seres amados, o gente
que realmente merezca o necesite nuestra inversión de tiempo.
Tener el valor de la disponibilidad no significa que dejemos de hacer lo
nuestro por dedicarnos a los demás, ni tampoco que pasemos por encima de
nuestros sueños por ayudar a la gente.
Significa que siempre
y cuando tengamos el tiempo y los recursos necesarios para brindar una
colaboración a otro, lo hagamos, sin esperar nada a cambio.
Cuando estamos disponibles,
usualmente las personas emiten una mayor empatía hacia nosotros, esto nos permite crear
mejores relaciones sociales e incluso fortalecer enlaces de mutua colaboración.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- A la luz de lo que este texto nos dice, ¿crees que practicas el valor de la disponibilidad?. ¿Qué efectos ha producido en ti cuando la has puesto en práctica?, ¿y en las personas a las que te has ofrecido?.
- Si acaso crees que estás lejos de vivir este valor ¿qué crees que necesitas para animarte a ponerlo en práctica?, ¿de qué depende también que lo vayas a poner en práctica?.
- ¿Qué ambiente se observaría en el grupo si todas las personas que lo formamos viviéramos este valor con naturalidad en la vida cotidiana de cada día?, ¿qué ejemplos concretos se te ocurren en los que se demostraría esa disponibilidad?.
- ¿A qué puedes comprometerte tú, hoy mismo, para dar muestras de que quieres vivir ese valor y así contribuir a crear el ambiente que quieres ver en el grupo?.
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