Golpe a golpe
mi alma murió lentamente
y la penumbra me acompaña.
la muerte fiel amiga,
a cada golpe estaba
sentada junto a mí,
muy cerquita,
tanto que
me curaba las heridas.
Cual el nardo quería
él suya me hacía,
parecía que mi mente,
la poca alma
que me quedaba,
abandonaba el cuerpo,
ese cuerpo que
ya no tenía vida, inerte,
él destrozaba el corazón.
¡Muerte!, llévame,
mátame y déjame morir.
Cuando el alcatraz llora,
la vida se ahoga,
pero no muere,
pareciera que la vida
conspira para seguir.
Después me quedé a bailar,
con la noche perdida
sólo quiero naufragar,
del dolor no podré escapar.
Soy una más,
soy una de la lista,
soy un número más,
soy un alcatraz
en la tumba
de una mujer más.
Mgabriel Portilla MÉXICO
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