En
una pequeña ciudad hubo una vez un cuento vacío. Tenía un aspecto excelente, y
una decoración impresionante, pero todas sus hojas estaban en blanco. Niños y
mayores lo miraban con ilusión, pero al descubrir que no guardaba historia
alguna, lo abandonaban en cualquier lugar.
No
muy lejos de allí, un precioso tintero seguía lleno de tinta desde que hacía ya
años su dueño lo dejara olvidado en una esquina. Tintero y cuento lamentaban su
mala suerte, y en eso gastaban sus días.
Quiso
el azar que una de las veces que el cuento fue abandonado, acabara junto al
tintero. Ambos compartieron sus desgracias durante días y días, y así hubieran
seguido años, de no haber caído a su lado una elegante pluma de cisne, que en
un descuido se había soltado en pleno vuelo. Aquella era la primera vez que la
pluma se sentía sola y abandonada, y lloró profundamente, acompañada por el
cuento y el tintero, que se sumaron a sus quejas con la facilidad de quien
llevaba años lamentándose día tras día.
Pero
al contrario que sus compañeros, la pluma se cansó enseguida de llorar, y quiso
cambiar la situación. Al dejar sus quejas y secarse las lágrimas, vio
claramente cómo los tres podían hacer juntos mucho más que sufrir juntos, y
convenció a sus amigos para escribir una historia. El cuento puso sus mejores
hojas, la tinta no se derramó ni un poco, y la pluma puso montones de ingenio y
caligrafía para conseguir una preciosa historia de tres amigos que se ayudaban
para mejorar sus vidas.
Un
joven maestro que pasaba por allí triste y cabizbajo, pensando cómo conseguir
la atención de sus alumnos, descubrió el cuento y sus amigos. Al leerlo, quedó
encantado con aquella historia, y recogiendo a los tres artistas, siguió su
camino a la escuela. Allí contó la historia a sus alumnos, y todos se mostraron
atentos y encantados.
Desde
entonces, cada noche, pluma, tintero y cuento se unían para escribir una nueva
historia para el joven profesor, y se sentían orgullosos y alegres de haber
sabido cambiar su suerte gracias a su esfuerzo y colaboración.
Pedro
Pablo Sacristán
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué actitud adoptaron al principio tanto el cuento vacío como el tintero y la pluma?, ¿a qué conducía aquello?.
- ¿Cuándo lograron transformar la realidad?, ¿necesitaron algo más para lograr ese cambio?. ¿Cuáles fueron las claves de ese cambio?.
- ¿Qué nos enseña esta historia?. ¿En qué hemos de poner nuestra atención: en "nuestras limitaciones" o en las "posibilidades que hay tanto en nosotros mismos como en lo resultante de nuestra relación complementaria"?, ¿por qué?, ¿para qué?.
- ¿Cual puede ser tu compromiso de hoy en relación con este valor de la complementariedad?.
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