Y caí en el abismo de tus ojos
y en el melifluo de tu mirada cálida
que sostenía la mía.
Caí en el océano de tu sonrisa,
¡dioses, qué sonrisa tan llena de vida!.
Y tu voz que me suena a canción,
balada de arrebol y fantasía.
Pero ya sabía que me dolería
como la primera mentira.
Más aún, dolería
como aquella pérdida
entre el recuerdo
y la más triste melodía.
Pero valía la pena,
sin más que ese pensamiento,
arrancando recuerdos
y ahí tú vida mía.
Y me dijo:
"Te amo con las fuerzas de mi alma".
Yo le creí, le creo y le creeré,
si han tenido que pasar mil años atrás
para llegar a este momento
que por nada cambiaría una vez más.
MGabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía
Tulancingo, Hidalgo, México
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