Lo convertí en poeta,
de vez en cuando
él me escribe frases de amor.
Sabe de esa forma
en que puedo leer un corazón.
Él no es poeta,
a decir verdad,
jamás habría dicho
palabra alguna,
pero sus manos escriben
sobre el lienzo de mi piel.
Las caricias que añoro,
esas frases hechas
sólo para mí,
nos tatuamos mil estrellas
cuando los labios
pronuncian un beso.
La pasión nos lleva al clímax
mientras nuestra mirada
se clava en los ojos,
jamás unos ojos
me miraron como él,
no existe sensación
que se pueda compartir.
Ella hechicera
lo convirtió en poeta
sólo para ella,
en cada poesía
la escriben cada día.
Ella soy yo,
quien hechizó el corazón
y bajo la luna escriben al amor.
MGabriel Portilla
Eres mi más bonita poesía.
Tulancingo Hidalgo México
Libélula literaria
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