sábado, 11 de noviembre de 2017

Un roto y un corazón

Ella era de esas personas
a quien le venía mal la vida,
que sólo vivía entre la basura,
entre el mundo,
que cree de pesadillas.

El piensa que el problema
somos nosotros mismos:
nuestras corazas,
nuestros miedos, desconfianzas,...

Ella guarda el rencor de un mundo
de soledad, mirando atrás de un roto,
se hace llamar aparentando divagar,
susurrando en maldad,
jamás encontrar felicidad.

El sugiere si cada persona abriera su corazón
y se mostrara en toda su humanidad
nos daríamos cuenta cuán parecidos somos
y cuánto amor necesitamos
tanto recibir como poder expresar.

Ella se plantea si existirá un mundo
para salvar los corazones rotos
como reclaman ya,
un mundo para soñar y creer
que existe la felicidad.

MGabriel Portilla México

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