jueves, 12 de mayo de 2016

Complementariedad o igualdad

Si se observa el universo, no hay un ser que sea igual a otro. Los seres, aún los de la misma especie, son todos diferentes.
La Creación, con todos los seres que la componen, constituye un inmenso espejo del propio Creador. Esto, es porque Dios quiso que la diversidad de los seres le reflejara más perfectamente. La manifestación de la grandeza de Dios no darse en un solo ser. Así, la desigualdad de los seres creados es una condición para que se cumpla la finalidad de la creación que Dios quiere.
Esa desigualdad, para que sea justa, debe ser proporcional. Es decir, con grados diferentes pero sin saltos bruscos.
Por otra parte, la desigualdad entre los seres no puede llevar a una oposición sino a una complementariedad.
Hay filosofías de todos los pelajes que sólo ven la relación entre los seres diversos como una lucha, como una oposición de intereses.
Para la Iglesia Cristiana Católica, la sociedad humana es comparable a un organismo, en el cual todos los órganos cooperan para el bien común y, por supuesto, para su bien individual. Tampoco existe, como otros quieren hacer creer, una oposición entre el bien individual y el bien común: este último nace del primero y el primero no es completo si no contribuye al segundo.
En un organismo, los órganos menos nobles no son enemigos de los más nobles. Si así fuera, los pies estarían en lucha con el cerebro o con el corazón, de lo que resultaría la muerte del individuo.
En la sociedad humana, se da algo análogo.
Algunos confunden el valor de la dignidad humana en hombres y mujeres (que es efectivamente la misma para todos y todas) con "hacer todos exactamente lo mismo": puro igualitarismo que, como no se produce... tal como creen que debería producuirse, cargan contra "la otra parte, contra el otro sexo" como si fuera el culpable de esa supuesta desigualdad provocando una guerra de sexos que en nada beneficia a la persona y a la convivencia armónica entre personas de distinto sexo o cualquier otra diferencia que pueda haber dentro de una sociedad.
La finalidad de quienes dirigen una sociedad es la promoción del bien común y el bien común no se asegura necesariamente con esta paridad. Se promueve con la elección de  personas (sean del sexo, religión, cultura, etc...) que sean pero estén preparadas para ejercer  las funciones y tareas que haya que realizar.
Es esperpentismo de la falsa igualdad o igualitarismo también en el ámbito familiar es obligar a los cónyuges a trabajar ambos fuera de casa (si no hay más remedio obviamente habrá que hacerlo cuando los medios económicos no lleguen a final de mes) pero la labor de ambos en el hogar debe ser complementaria: mujer y hombre no tenemos exactamente las mismas habilidades ni cualidades: cada uno de los dos, por lo tanto, ha de procurar poner al servicio "del bien común" aquéllas en las que mejor se desenvuelva y más eficiente demuestre ser; ello, por supuesto, contando con que ambos se muestren plenamente corresponsables en mayor o menor medida de todo cuanto deban atender: educación de los hijos, limpieza y orden de la vivienda, tareas de cocina, gestiones, arreglos, compras, etc...
Iguales en dignidad SÍ, pero diferentes, únicos. Somos, en todo caso, complementarios.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:

  • ¿Qué conclusiones obtenemos de este texto?. ¿Qué ideas nos parecen más acertadas?, ¿qué otras encontramos discutibles?.
  • Sugerimos leer el texto de 1ª Cor.12,12-26 y comentar a continuación su contenido: ¿qué pueden significar los diferentes miembros del cuerpo?, ¿qué significado tiene eso en la distribución de tareas y responsabilidades que cada uno esté desarrollando?.
  • ¿Qué sería necesario para que en una familia haya auténtica complementariedad y corresponsabilidad plena de todos sus miembros?. ¿En qué ha de consistir la igualdad en ella?.
  • ¿Cuál va a ser tu compromiso de hoy para llegar a una auténtica complementariedad y sentido de la corresponsabilidad con tu familia o grupo en el cual estés?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario